Derribar roles es fundamental para lograr la igualdad. Los datos arrojados por nuestra encuesta #somosequipo demuestran que queda un largo camino para lograr una corresponsabilidad real. La educación de los buenoshijos es necesaria para abandonar los estereotipos tan arraigados en nuestra sociedad. Debemos ser ejemplo para que las nuevas generaciones lo tengan asimilado y como algo normal. Hoy nuestra colaboradora Sonia López nos enseña cómo hacerlo en un post que no os podéis perder.
*Podéis seguirla en @sonpa70 y en su BLOG.
– ¿Tú también crees que hay actividades de chicos y de chicas?
No, ¿por qué deberíamos diferenciarlas?
– ¿Y por qué hay niños de mi clase que no se creen que tú corras maratones?
¿Tú crees que el sexo determina que puedas correr una maratón?
– Claro que no, depende del esfuerzo que estés dispuesto a hacer para prepararla. Yo lo que veo es que papá y tú sois capaces de hacer lo mismo.
Exacto, las cosas las logramos por nuestra capacidad, independientemente del sexo que tengamos.
– ¿Y por qué se extrañan cuando explico que papá plancha?
Porqué seguramente en sus familias no hayan entendido la necesidad que las tareas domésticas estén repartidas de forma igualitaria.
– Si nos repartimos las faenas tenemos más tiempo para jugar juntos.
Trabajar en equipo siempre tiene una gran recompensa.
Prejuicios entre sexos
Aunque en los últimos años nuestra sociedad haya dado pasos agigantados hacia a una igualdad de género, aún vivimos lejos de conseguirla. A diario, en nuestro entorno, observamos innumerables situaciones en las que se demuestra que aún perduran las diferencias, las discriminaciones y los prejuicios entre sexos.
Las madres, los padres y los educadores tenemos la posibilidad de trabajar activamente para acabar con estas desigualdades. Somos los principales transmisores de valores y estereotipos de género y, por este motivo, la responsabilidad de ofrecer a nuestros pequeños una educación basada en la igualdad y respeto. Una igualdad real, con el gran objetivo de conseguir un desarrollo integral basado en la libertad y la igualdad de oportunidadess.
Una educación no sexista, donde la paridad de género, el respeto a la diferencia y el trabajo de la corresponsabilidad sean la clave para formar a nuestros hijos. Y eso sólo lo conseguiremos regalándoles el mejor de los ejemplos. Seamos familias en las que la convivencia esté basada en los principios de la corresponsabilidad y donde padre y madre estén igual de implicados en la educación. Donde se potencien las capacidades independientemente de si son niñas o niños, donde se den las mismas posibilidades para aprender, experimentar y soñar.
Mismas expectativas, distintos sexos
Construyamos las mismas expectativas hacia nuestros hijos indistintamente del sexo que tengan. Potenciemos comportamientos libres de roles impuestos y actitudes donde todos nos mostremos valientes; capaces de todo, donde no exista el sexo débil. Dejemos elegir libremente a nuestros hijos las actividades que les gustaría hacer sin miedo al que dirán, desterremos los comportamientos que excluyen, que marcan diferencias. Eliminemos el vocabulario sexista de nuestras conversaciones y no ofrezcamos artículos de consumo o actividades de ocio que refuercen la diferencia. Mostrémonos críticos con toda desigualdad.
Eduquemos en el compromiso y responsabilidad dentro de la familia, apostando por una distribución equitativa de las tareas domésticas desde bien pequeños, libre de estereotipos, donde todos los miembros estemos dispuestos a cooperar. Una corresponsabilidad que mejorará el bienestar familiar, las relaciones, estrechará vínculos y regalará a todos más tiempo de ocio familiar y personal. Asumir responsabilidades potenciará en nuestros hijos valores tan importantes como el esfuerzo, la perseverancia, la tolerancia, la autonomía y la confianza en uno mismo.
Delegar, implicar y gestionar el tiempo
Aprendamos a delegar, a implicar, a gestionar nuestro tiempo para eliminar de nuestros días la sobrecarga de trabajo. Tomemos decisiones de forma conjunta, valoraremos cada pequeño esfuerzo de los de nuestro alrededor, aprendamos a pedir ayuda antes de llegar a nuestros límites. Sumemos esfuerzos sin querer aparentar, creamos en el equipo.
Seamos familias que decidamos vivir en la igualdad, en plena corresponsabilidad doméstica y donde la educación de nuestros pequeños sea un proyecto en el cual padre y madre vayamos de la mano con el objetivo común de construir una sociedad justa y equitativa para nuestros hijos.
Logremos un mundo donde todos podamos soñar grande.
¿Y vosotras Malasmadres cómo educáis en la corresponsabilidad? ¿Qué añadiríais? Os esperamos en los comentarios.
Antes de irnos…
¡Ya tenemos ganadora del Kit de San Valentín!
La ganadora del sorteo del kit de San Valentín que realizamos entre los comentarios que dejásteis aquí, ha sido el comentario número 18 correspondiente a Esther. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias, impaciente por tener mi Kit de San Valentín!
Hola,
En casa las tareas domesticas se hacen por igual ya desde mucho antes de tener a la buenahija. Cuando Lara dice que eso es de chicas o de chicos en un determinado juego yo le digo que no, que somos iguales y que podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos. Espero y deseo que logremos ese mundo = )
Yo estoy convencida que nuestros hijos serán mucho más corresponsables que nosotros. Hay que educar con el ejemplo desde bien pequeños.
Es más fácil educar a los hijos en la corresponsabilidad que a tu pareja, me parece, en la gran mayoría de los casos. Habría que empezar por educar a los adultos, ya que los de nuestra generación no hemos sido muy educados en la corresponsabilidad sino en el reparto de tareas por sexos. Ahora debemos seguir con el reparto de tareas pero sin que sea por sexos. Sin embargo, un adulto es más difícil porque se trata de cambiar, y siempre es más fácil empezar de cero (con los niños) que borrar lo que hay y volver a escribir. Reprogramación, en suma. Aunque incluso sin ejemplos se puede educar a los niños en la corresponsabilidad, repartiéndoles a ellos sus tareas de acuerdo a sus edades y capacidad, no a su sexo.
Yo también pienso que hay que empezar a educar en casa en una igualdad y corresponsabilidad real. Si papá y mamá somos el mejor ejemplo nuestros pequeños actuaran de forma responsable de forma innata.
Hay mucho trabajo por hacer.
Un abrazo
Yo también creo que es mucho más dificil educar a un adulto. Requiere mucha comunicación para evitar malos entendidos o excesos de carga de trabajo. Hay que exigirla día a día
La educación en casa me parece esencial. Alguna que otra maestra de Paula me ha comentado que en el colegio trabajan la igualdad, durante la clase, pero que es salir al patio el trabajo de varias horas se pulveriza en unos minutos. ¿Por qué? Porque desde casa los niños llevan asumidos unos roles, que ven constantemente y es complicado de cambiar. Por que seamos sinceros, los peques imitan a sus padres y es de nosotros de quien más aprenden. Todavía recuerdo el día que llevé al cole el PC para explicar mi trabajo, “la mamá de Paula trabaja con ordenadores! ¿ y el papá ? También ” ohhh cara de sorpresa.
Nos queda mucho camino por recorrer, y los padres somos los que debemos estar más implicados en educar en igualdad. Ellos se miran en nosotros como ejemplos a seguir y hay que dar ejemplo.
Besos.
Y, digo yo, hay muchos papás y mamás de esos compis de Paula que no trabajen con ordenadores? Reconozco tener mucha culpa de lo “femenina” (así, too lleno de comillas, pa que se note lo mal que queda) que es mi hija pero me asombra que esa culpa que nos autoimponemos no se traslade a otros aspectos de mi personalidad, como por ejemplo el ser escéptico, el no aceptar el “porque sí”, el dudar de lo que no me parece razonable.
Jejeje una cosa es trabajar con pc’s y otra que tu trabajo sean los pc’s. En fin cosas de ingenieros ?
Besos