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El peso de la exigencia

El peso de la exigencia

  • Buenos días, ¿es el departamento de las Decisiones Acertadas?
  • Sí, adelante! ¿Vienes a buscar el certificado, verdad?
  • Sí… ¿Cómo lo sabía?
  • Vienen muchas personas como usted, se nota que llevas tiempo buscándolo y esta vez quieres tener la seguridad de conseguir el galardón.
  • Vengo a buscar el nivel superior, que esto quiero hacerlo muy bien. Es que tengo hijos/as, ¿sabe?
  • Todos los niveles constan de muchos módulos, tiempo, esfuerzo y dedicación. Sólo que el nivel superior te permite alcanzar la EXCELENCIA.
  • ¡Eso es precisamente lo que estoy buscando! Que no se diga después …
  • Veamos: esto es muy sencillo. Sólo tienes que seguir la línea marcada, sin salirte del camino. Será la manera de acertar, sin ninguna duda.

Para comenzar

Tendrás que estar atenta a los primeros momentos, a ese flechazo entre tu hijo y tú. Lo pondrás en tu pecho y serás tú, la madre, con quien entablará una relación especial. No olvides dárselo a tu pareja también para que pueda fortalecer la relación desde los primeros momentos. Ofrécele el pecho para que tome leche materna. Ofrécele biberón (con tetina anatómica lo más parecida al pezón materno). Tendrás que estar disponible, descansar e intentar recuperarte. No dejes de salir al aire libre para caminar y hacer ejercicio que así seguro que te verás y sentirás mejor.

Para continuar

Elige productos sin conservantes, sin siliconas ni perfumes (y procura que los envases no sean de plástico). Prepara un baño cada día, para tu hijo y para ti,
que implica una rutina y un momento relajante. Pero no lo bañes en exceso porque altera el ph de la piel.

Evita las galletas, los yogures con azúcar, las frutas y verduras envueltas en envases que brillen y estén bajo pesticidas. Busca aquellos pescados de mejor calidad y menor nivel de mercurio.

Acompáñale en su crecimiento para que se sienta seguro, mejor si crece en casa. No dejes de llevarlo a una escuela infantil o madre de día para que conozca otros niños y aprenda a socializar.

Acércalo al deporte para aprender a trabajar en equipo, a perder, ganar y disfrutar de participar. Además, el deporte previene la obesidad. No olvides la pintura y algo de música para fomentar su creatividad.

Atento a la exposición a las pantallas (TV, tablet, teléfonos), ni por exceso ni por defecto.

Cuida de su bienestar físico y psíquico. Es fundamental que crezca empático, independiente, autónomo, solidario, competitivo. Líder para que no se quede atrás, que practique la escucha activa, negocie, ceda y sepa retirarse a tiempo.

Es importante que mientras lleves esto a cabo con dedicación y entrega no te olvides de ti misma: de tu vida social, amorosa, de tu imagen interior y exterior.

Por último: si te sales de la línea marcada te sentirás perdida, frustrada, equivocada, se siente mala madre y que no hay vuelta atrás.

Así de simple.

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La Exigencia

Esta historia está basada en hechos reales. Es la historia de un diálogo que ocurre entre una persona y ella misma, buscando la manera de salir siempre airosa. Esperando encontrar los pliegos que nos brindan indicaciones, pautas y mandatos sobre cómo actuar adecuadamente. Allí se encuentra también la inevitable herencia recibida de los mandatos familiares (aquello que haría mi madre, aquello que diría mi padre, aquello que no harían). Envueltos entre las demandas y mandatos de nuestro entorno social y familiar falta la guinda del pastel. La más escurridiza, la que nos pasa desapercibida si no estamos lo suficientemente atentos: la exigencia propia.

Esta es quien nos hace pensar que existe un único camino adecuado. La que puede dejarnos paralizados mientras esperamos a que aparezca la solución más adecuada
o nos llegue envuelta en papel celofán. La que nos hace pensar que debemos llevar todo a cabo a solas. Quien nos desborda y nos hace sentir miedo o desdichados si erramos. Por esto resulta tan tranquilizador pensar que existe esa línea
invisible, la de las baldosas amarillas donde
al final se encuentra el Mago de la
Solución Perfecta
.
Buscamos
la aprobación, como si estuviese afuera, y nos desmonta aquello que nos cuestiona y nos ponga en duda. La responsabilidad
puede ser un peso difícil de llevar
. Por esto a veces preferimos desligarnos de ella, hacernos a un lado y coger el camino marcado por otro: las baldosas amarillas del vecino siempre brillan más.
Cuando el único “certificado de excelencia” posible será el que nos concedamos. Aquel que nos permita dar pasos, hacernos
cargo de nuestras propias decisiones sin culpa pero con responsabilidad.
El que nos autorice a decidir, actuar y aceptar las consecuencias (a pesar de los miedos que nos acechen).

Un camino propio, diferente a los demás, hecho de deseos y elecciones propias. Flexible, donde se acepten apuestas, riesgos y pérdidas. Y donde el mayor acierto sea permitirnos errar.

Y vosotras Malasmadres, ¿os habéis dejado llevar por una exigencia desmedida?, ¿cuándo decidisteis que erais Malasmadres y no os dejabais llevar por el juicio ajeno?

Han comentado...

  1. Hace 17 años nació mi hija y decidí amamantarla, todo el mundo opinió, mi madre “no Le podràs dar mas de 3 meses” la pediatra “si llora es que se queda con hambre”, tooodooos opinaban sobre como alimentar a mi hija, respaldada con mi pareja decidí informarme y hacerlo natural y fàcil. Pude darle pecho 4 años, ni mejor ni peor que otra madre que decida dar biberon, solo mi opción, salí de la linea que me marca a mi entorno. Mi instinto me ha sido muy útil. Siempre hay otras maneras, però tenemos que creer en nosotras.

  2. La definición es flexible, porque si intentas ser Superwoman cargando con los mandatos sociales, lo que esperan de tí, lo que dicen los demás ( familiares, etc) y la bendita culpa que viene en el “combo” junto con la maternidad estás frita!!!
    Muy buen post.
    Gracias.
    Lo guardo para releerlo cuando entre en el bucle nuevamente.

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