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Ellas opinan: una historia de no conciliación

Ellas opinan: una historia de no conciliación

Leticia Coín es malagueña, malamadre de dos buenashijas e investigadora en Biomedicina ha querido escribirnos este post a modo de desahogo. La impotencia de comprobar, tras convertirse en madre, que la conciliación no existía le profundo un profundo agotamiento y cansancio. Hoy nos relata su día a día que pudiera ser el de muchas de nosotras. ¡No dejéis de leerlo!

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Es incompatible al 100% poder concentrarse mientras sabes que tus dos pequeñas petardas están creciendo a pasos de gigante y cuando lo único que tienes en mente es que una está con inexplicables ronchas por todo el cuerpo y la otra está de pruebas médicas (por algo solucionable, gracias a Dios, pero liada de médicos con menos de un añito).

No sé en qué momento me cambió el chip; en qué momento la ambición por conseguir un mejor puesto de trabajo dejó paso al “que hago yo aquí”, pero en un momento tuvo que producirse ese giro de tuerca. Hace unos años (¡no tantos!), soñaba con ser una mujer exitosa en mi trabajo. Una mujer trabajadora feliz, siempre con fuerzas para afrontar los retos y los nuevos desafíos, una mujer bien formada, con grandes conocimientos en mi área de trabajo y con una insaciable inquietud por seguir aprendiendo para poder continuar subiendo escalones, los establecidos y todos aquéllos más que pudieran surgir. Sin embargo, la realidad es abrumadora, tanto como este asfixiante calor que tenemos como colofón estival final. Quiero continuar desarrollándome laboralmente, ¡claro que quiero!, pero no tengo fuerza o más bien, no tengo tiempo. Y ya caí en el topicazo que no quería caer, pero era inevitable que saliera ese tema: Chronos siempre juega en nuestra contra y no se olvida de su ardua rotación de los cielos para que los días se conviertan en noches y las noches nuevamente en días.

Aquí, sentada delante de esta página de texto en blanco (ya sé que sería más romántico un cuaderno de papel reciclado, pero esto es lo que tiene el siglo XXI, electroaparatos y e-cosas por todas partes y en vena), no paro de enfurruñarme, enojarme, exasperarme, irritarme, molestarme y todos los verbos reflexivos relativos al enfado que existan, preguntándome por qué no estoy con las niñas en lugar de haber tenido que dejárselas a los maravillosos abuelos (que tienen su parcela de cielo ganado, los míos y los de todos las otras madres sobre la faz de la tierra). Aquí estoy, intentando reflexionar sobre mí, mi existencia, mi vida y mi familia, y sobre cómo tengo todo estructurado de una forma que no es la que, ni por asomo, imaginaba que iba a ser. Y no lo digo porque no sea feliz, al contrario, que soy muy feliz, pero no es nada de lo que con 20 años entrando a la facultad con una carpeta en una mano, un bolso a juego con mis zapatos en la otra y un montón de sueños en la cabeza, pensé que me convertiría.

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La conciliación es un bulo

La conciliación familiar y laboral es puro cuento. No sé cuándo se va a reconocer de una vez por todas esta realidad y cuándo se va a hablar claro sobre ella. ¿Conciliar es hacer que los niños corran desayunando para tu poder llegar al trabajo? ¿Conciliar es dejar mínimo toda la mañana a los niños con los abuelos, en campamentos, en academias o en donde sea porque tú no tienes más vacaciones? ¿Conciliar es ir con un tremendo dolor de cabeza a la oficina, y ni nombremos las ojeras, porque no has podido siquiera dormir dos horas seguidas en toda la noche? ¿Conciliar es no poder rendir al 100% en tu trabajo y tampoco tener la casa recogida o, al menos con las camas hechas, sin ningún plato en el fregadero, o sin ropa pendiente de planchar amontonada en una silla del salón? ¿Conciliar es aceptar que con 30 y pocos años te has estancado laboralmente porque sabes que ascender o, simplemente mejorar, supone sacrificar tu vida familiar?… Seamos claros por favor, la conciliación es un bulo. No existe conciliación se mire por donde se mire. Y no creo que sea cuestión de machismo, feminismo ni otros “ismos” que están tan de moda ahora. Aún con toda la ayuda que tengo de mi marido, que casi pisa la cocina más que una servidora, el peso de los niños lo llevamos nosotras. Es algo que debe estar codificado en alguna parte de nuestro código genético. Y no somos “más madres” o “mejores madres” por llevar esa tarea, simplemente la llevamos y lo hacemos de la mejor forma que sabemos, lo único, que debemos reconocer que sacar todo hacia adelante a veces se hace más que cuesta arriba.

Agotamiento y desgaste

Y todo esto es lo que me agota. Me agota o más bien me desgasta este vaivén continuo que yo (me pongo la primera), y otras tantas madres, tenemos. A veces simplemente sonrío y me digo que me tengo que dejar de tonterías. A veces me enfado con todo lo que pillo a mi alrededor. A veces lo asumo, trago saliva y sigo hacia adelante. A veces quiero tirar la toalla, mandarlo todo donde picó el pollo e irme a mi casa, a “marujear” un rato. Otras veces, las que más, me dejo de pensamientos y sigo con la rutina… Un burbujeante caldero de sentimientos cambiantes donde a veces unos pisotean a otros y otras veces los contrarios son los que pisotean a los primeros. Y así, van sobresaliendo unos sobre otros y se van manifestando según el día… Pienso que sólo necesitaría unos instantes para meterme en un huequito donde nadie me vea, un huequito pequeñito que a su vez tenga un inmenso cielo azul y aire puro del que respirar, un huequito amplio que me permita conectar conmigo misma, para después salir de él con fuerzas renovadas. Con sólo ese empujoncito el mundo se pone momentáneamente a rotar de otra forma y me lo encuentro pintado de otros colores. Pero esas fuerzas son efímeras…

Nada va a cambiar mientras nada cambie a nuestro alrededor. No es ser negativa, es, como he dicho antes, ser realista. Tenemos que reconocer que no es posible hacerlo todo y, aun cuando lo reconozcamos, tenemos que aceptar que por mucho que pataleemos, por mucho que protestemos, por mucho que luchemos o reivindiquemos, esto es así y lamentablemente seguirá siéndolo. Pero eso sí, los “no te vayas” más sinceros que hay que no nos los quitan. Los abrazos porque sí son nuestra exclusividad. Las manitas regordetas ahuchándonos la cara son para nosotras. Los besos interminables también nos los llevamos nosotras… y, los “te quiero” a voces van dirigidos a nuestros oídos. El título único de enfermera, médica, psicóloga, cocinera, pastelera-galletera (aunque sean compradas), sabelotodo, puedecontodo, cuentacuentos, inventahistorias, cueva-refugio y salvatormentas es de las mamás, y nadie nos lo va a arrebatar.

Fdo. Una princesa que se ha convertido, sin darse cuenta, en reina.

¿Y vosotras habéis pasado o estáis pasando por una experiencia similar?, ¿cuál es vuestra historia de no conciliación? Os esperamos en los comentarios.

Han comentado...

  1. Hola!
    Yo tengo claras dos cosas: una, que los hombres con hijos SÍ pueden ascender y mejorar en su profesión y dos, que para nada las tareas del hogar y de cuidado de las hijas y los hijos esté en nuestro código genético. Para nada estoy de acuerdo con eso. Por qué hemos de pagar nosotras el pato? Por qué el marido “ayuda” cuando en realidad es su responsabilidad también (al 50%, ni más ni menos)?.
    En lo que sí estoy totalmente de acuerdo (y todavía no sé cómo todas las madres de este planeta no han montado una súper huelga revolucionaria) es que no existe la conciliación. Por desgracia ése es uno de los motivos por los que, a pesar de gustarme mucho los y las peques, de que se me den bien, de tener trabajo y una pareja estable, no me haya lanzado a ser madre. Una parte de mí quiere serlo pero otra no. El hecho de no tener ahorros y de que sea casi imposible conciliar me echa realmente para atrás….y ya se me acaba el tiempo biológicamente hablando! ¿Algún consejo de alguna malamadre? Gracias!

  2. Hace ahora 16 años, pasé de trabajar sólo fines de semana y festivos a jornada completa. El nuevo destino estaba a 50 Km de mi casa, aunque como vivo en Madrid, hay buenas comunicaciones “Una buena compañera”, que renunció a otro puesto igual, me comentaba que ella no lo cogía porque era madre de un niño de 8 años. Mis hijos tenían entonces 4 y 1.
    LA diferencia entre ella y yo fue que mi marido estuvo dispuesto a arrimar el hombro desde el primer momento y el suyo no.
    Para mí fue un trauma ver cómo me tachaban de mala madre x aceptar un trabajo mejor.
    Ahora ya tienen 20 y 17 años y son unos chic@s normales. Saben que las mujeres tenemos derecho a mejorar profesionalmente y que no todo tiene que recaer sobre nosotras

    Hace

  3. Me siento totalmente identificada, soy madre de mellizos y he trabajado siempre. Y creo o quiero creer que puede existir esa conciliacion. Otras veces me resigno y pienso que aunque sea injusto que solo es un tiempo hasta que los niños crecen y me pueda volver a concentrar mas en el trabajo. Mi marido hace todo lo que puede y mas pero nos damos cuenta que aun asi es la mujer la q lleva el gran peso porque estamos educadas y programadas para ello.
    Gracias por contarlo.

  4. He sido madre hace cuatro meses y el dia 25 me incorporo,y tiemblo de pensar en la conciliacion casi desde q nacio. mi bebe se quedo en la guarderia, con 3 mesecitos el mas pequeño de la guarde para no perder la plaza en la guarderia mas proxima a casa, los q no tenemos abuelos cerca ni a nadie q te pueda echar una mano tiene q ser asi si quieres seguir trabajando? Y es q trabajar hay q trabajar pero ellos son muy pequeños y da una pena hoŕible. Creo q mi depresion post parto empieza ahora

  5. Muy identificada con tu artículo! Conciliación? Eso qué es?? Cuando nació mi primer hijo cogi la reducción de jornada y renunciando a bastante a mi carrera sobrellevaba trabajar por las mañanas y estar con mi hijo por las tardes. Ahora con mi segundo hijo que acaba prácticamente de nacer, mi empresa ha entrado en un crisis económica muy fuerte, quiénes somos las primeras que hemos sido despedidas? Por supuesto las de jornada reducida, las de baja maternal, las embarazadas… Sin meterse en temas legales, que van a parte, está claro que este mundo todavía no entiende la necesidad de las madres de estar con sus hijos y a la vez poder trabajar, claramente hay que renunciar a algo, o renuncias a ver a tus hijos crecer o renuncias al trabajo (o a una exitosa carrera), por mi experiencia al menos, todo a la vez no se puede….

  6. Estoy totalmente de acuerdo. Mientras haces una cosa no haces otra. Yo he renunciado a trabajar 8 horas fuera de casa y no porque mi marido y mi familia no me hayan apoyado. Soy yo la que no quiere estar todo el día sin ver a mis hijos. Porque a esas 8 horas sumale las 3 horas de transporte. Vivo en Vilanova i la Geltrú y los trabajos habitualmente están en Barcelona. Y sumale la hora de la comida. Así que trabajo menos horas y algunas desde casa. Pero no puedo acceder a seguir una formación que por un proyecto ahora mismo necesitaría. No puedo acceder a ciertos proyectos, porque requieren más presencia física en el puesto de trabajo. Y no sólo porque lo diga mi empresa y mi jefa. Soy consciente de ello. Muchas de mis amigas viven en Vilanova y trabajan en Barcelona. La mayoría han reducido su jornada y comen rápido delante del ordenador con el tupper. Y todas pensamos igual…. Somos nosotras las que queremos reducir la jornada y no que lo hagan nuestros maridos, aunque quieran y puedan hacerlo. Ahora mismo soy feliz. Cuando mis hijos crezcan y no necesite tanto estar en casa… Ya os diré lo que pienso. Hoy x hoy es esa la realidad. Y amigas que no han dejado su trabajo o no lo han reducido… Es porque para ellas pesa más lo profesional o no pueden reducir su jornada por el sueldo o el tipo de empresa. Y no considero que sean menos madres que yo. Ni más malas madres que yo. Simplemente son otras prioridades, otra elección, voluntaria o no, otro tipo de vida…. Sin más.

  7. Precioso Post, con toda la razón que leo en el mejor momento. Justo me ha surgido una propuesta laboral, más ambiciosa, un “reto”, pero también con mayor sobrecarga de trabajo y responsabilidad, peor valorado económicamente y más lejano a mi domicilio. Si lo acepto, renunciaría al puesto de trabajo que tengo ahora, que aunque menos ambicioso y menos reconocido, sigo relazando mi profesión de manera digna y feliz. Por otro lado planteándome la maternidad a corto plazo,… Sé que a partir de ese momento las prioridades en la vida son otras y se agradece la “comodidad” en el trabajo, aunque conlleve “bajar un escalón” por decirlo de alguna manera,.. Pero al final la satisfacción y felicidad que te aporta poder disfrutar de tu familia difícilmente creo que pueda superarla la satisfacción por tener un puesto más importante en el trabajo,…

    Muchas gracias por tu post

  8. Se me saltan las lágrimas al leerte ( por fin puedo hacerlo, siesta inusual de los buenos hijos)…. Me siento como tú describes, y tengo constantemente la sensación de que no hay derecho y a la vez no se que hacer para cambiar esta situación, nuestra situación.
    Me estoy cansando de ser una super woman, quiero ser yo.

  9. Madre mía! !! Realmente está sensación de no hacer nada bien,no llegar nunca a tiempo y sentirte agobiada por el día a día ,es el pan nuestro de cada día de muchas mujeres. El sistema no funciona,esta claro. Ver crecer a tus hijos de está convirtiendo en un lujo difícil de alcanzar.

  10. Estoy casi de acuerdo con todo lo que comenta este artículo, pero siento la necesidad de contestar.. Me siento identificada en gran parte, puesto que soy también licenciada (aunque por la situación laboral actual, no ejerzo acorde a mi formación) y me debato entre el tiempo dedicado a mis mellizos de 16 meses, mi casa, mi trabajo…y todo no se puede. Y me frustro. Y quiero verlos crecer y quiero (y necesito) trabajar. Y me doy cuenta, como tú, que no existe la conciliación.

    Pero hay una cosa en la que discreto totalmente contigo. Dices que no se trata de machismo o feminismo y, en mi opinión, te equivocas gravemente. Sí es machismo. Es patriarcado. Nuestra sociedad patriarcal asume que el rol de la mujer es el de cuidadora de los hijos y el hogar. Los puestos de dirección siguen copados en su mayoría por hombres, no son penalizados en sus trabajos por ser padres, cobran más que nosotras por realizar las mismas funciones, su edad reproductiva no es un problema para contratarlos, etc. Por tanto, si, claro que es machismo. El tema de la colaboración o cooperación en las tareas domésticas, no viene en ningún código genético femenino. El problema es que el patriarcado lleva tantísimos siglos manejando los hilos de nuestra sociedad que nos han hecho creer que si, que las mujeres nacemos con ese “don” o “súper poder” que nos permite estar en todo (en todo lo referente al hogar, de puertas para fuera debemos ser medio tontas), que nos obliga a volcarnos de una manera casi sumisa en nuestros seres queridos, renunciando a nuestro propio bienestar. Y lo hacemos porque nos gusta: nos encanta cuidar del otro incansablemente, ser las últimas para todo, a veces hasta sin agradecimientos si quiera. Nos encanta vivir con este jodido estrés que nos consume por no poder llegar a todo. A ellos no les gusta y no lo llevan en los genes. ¡Nos ha jodido!

    A ver cuándo aprendernos que todo se reduce a la EDUCACIÓN. Y educar no es decirles a nuestros hijos que hombres y mujeres merecemos el mismo respeto y tenemos los mismo derechos y libertades. O no sólo. La mejor manera de educar en la igualdad, y en todo, es predicar con el ejemplo. Nuestra generación se ha hartado de ver cómo nuestras madres y abuelas nos exigían colaboración en casa mientras a nuestros hermanos varones no les pedían ni quitarse el plato de la mesa. Hemos visto como nuestras madres se ocupaban de nuestra crianza y nuestro hogar sin la cooperación de nuestros padres. Por tanto, claro que es machismo.

    En España conciliar pasa porque la mujer, en el 90% de lo casos, se reduzca su jornada laboral (y su sueldo), renuncie a algunas de sus aspiraciones profesionales, se coja una excedencia no remunerada o viva encerrada en una oficina mientras le crían a sus hijos los abuelos o la guardería. Y acaba teniendo que elegir familia o trabajo, las dos no se pueden. Y se renuncia, claro que se renuncia.

  11. Yo no me quiero conformar, pero si no lo hago me amargo la vida porque la conciliacion no existe. Y estoy de acuerdo en que no es cuestion de machismo porque a mi, otra mujer, me ha llegado a decir que si yo tengo hijos ella tiene gimnasio o que ir a depilarse…es frustarante y si no te conformas encima te amargas y por extension te enfadas con los que te rodean. Mal momento para leer tu post, tendre que recanalizar mi rabia. Me he sentido muy identificada

  12. Yo acá desde Chile viviendo lo mismo que Uds. Abogada de una buena universidad, cuando tuve a mi primer hijo él fue la prioridad. La muy ilusa juraba que por ser profesional no me costaría nada volver al mercado laboral.
    Me tomó años!!!!
    Ahora estoy con un trabajo de medio tiempo, mal maquillada, sin pinta de exitosa, con mi casa a medio limpiar y agotada. Y menos mal que el buenmarido tiene trabajo estable porque con mi puro sueldo no me alcanzaría.
    Creo que puedo decir que concilio…pero en condiciones de igualdad…jajajaja…eso no…

  13. Con 29 años y una buenahija de 11 meses trato de asumir que la conciliación no existe.
    Buenahija metida en una guardería 9 horas diarias al lado de mi trabajo (a 20 km de nuestra casa)porque el inombrable de mi jefe no me permite reducirme la jornada o cambiarme el horario para poder conciliar (aún sabiendo que es un derecho).
    Esto es todo una mentira y creédme que es muy duro ir a recoger a la buenahija siendo ella la ULTIMA niña que queda allí porque todos sus compañeros se van hora y media antes a casa.

  14. Felicidades por expresarlo, lo de la casa limpia es lo que más me cuesta y me cuesta por que tengo una síper madre que es limpia hasta la médula y que núnca trabajo fuera de casa porque debía ser madre y odia las guarderías y claro todo lo demás, ánimo, son cosas que pasan y un día apremian más que otros.
    Yo tengo un jefe que es un pan, pues con lo despistada que estoy después de mis maternidades en otro lado ya me “hubieran despedido”, mi jefe y mi esposo son quienes me ayudan a encontrar un poco lo que se llame “conciliar”, De crecimiento profesional o un mejor salario, ahora no se puede hablar.

  15. Parece que estés hablando por mí! Sentimientos totalmente identificados… ¡Cuántas mañanas en el curro pensado: qué hago yo aquí?! Cuántos objetivos laborales alcanzados pero no familiares!¡Cuántas decisiones difíciles que tomar! Y sólo una opción. Por lo menos para mí sólo una: la excedencia.Sacrificamos mucho. Y aunque no me arrepiento no debería de ser así… Necesitamos una conciliación real. Necesitamos que formen e informen a las empresas y a la sociedad en general. Necesitamos que cambien las cosas, por el bien de los peques. Al fín y al cabo, ¿no son los niños el futuro?

    1. Me ha encantado tu opinión. Mil gracias! No hay frase mejor que la tuya para definir lo que intentaba transmitir: SACRIFICAMOS MUCHO Y, AUNQUE NO ME ARREPIENTO, NO DEBERÍA SER ASÍ.
      Gracias de verdad.

  16. Que gran realidad has contado Leticia! Tus palabras son sinceras , llenas de ilusión y felicidad, es normal que haya,momentos de agobio, de cansancio continuo…
    pero ser madre está lleno de altibajos, de alegrías,preocupaciones,besos,riñas…ánimo porque eres una excelente madre y mujer

    1. Y tú eres una gran persona! Gracias Maicu por tus palabras, tanto dentro como fuera de las redes… besos preciosa!

  17. Muchas gracias por tu post, es una verdad verdadera, la conciliación no existe. Lo que nos han vendido es que podemos con todo pero a costa de nuestra salud y de nuestra familia. Intento llegar a todo (trabajo, niños, casa) pero al final termino destruida, frustrada y deprimida y eso que el buenmarido ayuda.
    Sueño con marcharme a un pueblo, huyendo del stress y ritmo de vida que impone la ciudad y poder dedicarme a mis hijos sin ese terrible sentimiento de culpabilidad de no poder estar con ellos 100%

    1. Jajajajaja, Sí Sandra!! yo también he tenido esos sueñecillos!! Me encanta hacer manualidades, a las enanas las tengo con coleteros de todo tipo, las disfrazo siempre que puedo, les hago mil cosas dentro de lo que el tiempo me da (o las noches me dan…) y muchas veces le digo a mi marido “vámonos a un pueblecito y monto una tienda hippie”, jajajajajajaja!!! Un besazo!

  18. Qué cuál es mi historia? Pues la misma.
    Un buen hijo y una buena hija todo el día malitos por la guarde. Un buen marido que cuida de todos casi como una segunda madre. Un montón de quitaojeras gastados desde hace dos años y medio. Un compañero de trabajo que me hace la cama… Y la familia no tan cerca como quisiéramos.
    Me planteo esto con mi pareja como una carrera de fondo muy, muy larga. Ambos tenemos problemas con la conciliación, y aunque las prioridad es la familia, hay que pagar las facturas,la hipoteca, las clases en la pisci…
    Ánimo a todas y todos.

    1. Sí María… creo que así nos encontramos tod@s… con que es necesario que los dos miembros de la pareja trabajen, y con que es complicado conciliar por ambas partes, aunque una parte lo tenga más complicado que otra o que sea una de las dos partes la que debe dar su brazo a torcer (en este caso solemos ser las mamis)… en fin… una situación en la que “a mal de muchos…”. Poco a poco lo iremos cambiando, eso estamos intentando!! ánimo en vuestra carrera de fondo, merece muchísimo la pena!!!

  19. Para progresar profesionalmente en mi sector (banca) no queda otra que la movilidad geográfica. Con dos hijos y un marido con un buen trabajo qué me queda? Estarme calladita y rezar para que no me ofrezcan un gran ascenso. Triste pero así es. Hasta hace unos años las esposas de mis compañeros no trabajaban y se movía toda la familia pero ahora o tu marido trabaja en la misma empresa o es vendedor ambulante o haces la maletita y metes una interna (poco apetecible sexualmente para evitar tentaciones al marido!). Lo de que somos iguales y tenemos las mismas oportunidades yo sí que creo que empieza a ser verdad pero el hecho de que los dos cónyuges trabajen y en horarios esclavos es lo que nos impide conciliar. Y eso sí que no podemos arreglarlo. Yo cuando estoy muy estresada pienso: ya podía darme una subida de azúcar o algo leve para estar un par de días en el hospital tranquiliza, jajaja! Un beso y ánimo!

    1. Lo de la movilidad geográfica es una faena… yo me he encontrado con ella, y de que forma! debo irme al extranjero si de verdad quiero seguir avanzando… así que eso es lo que hay, seguir con lo que se tiene. No obstante, muchas personas parece que lo ven como algo malo… cuando estoy diciendo que a seguir como se está, no lo digo como si fuera malo, sino como que es una pena, que siendo mujeres tan preparadas como somos las de nuestra generación, sea tan difícil la compatibilidad de ascensos-buenos puestos, con la vida familiar… tan difícil como casi imposible!! jejejeje!! pero vaya, que yo elijo, y lo que quiero es estar con mi familia, sin duda!! y muy agusto que estoy con ello, sólo que, repite, es una lástima y una verdadera pena que no se pueda conciliar en ese aspecto.

  20. Aquí una doctora en biología desde hace dos años y con dos hijos, una niña de 4 y un niño de año y medio. Por supuesto en paro desde que me doctoré porque no quiero dejar a mis hijos para irme de postdoctoral al extranjero. Hace poco hablando con mi directora de tesis me dijo que yo había cometido el error de tener hijos antes de irme de postdoctoral.
    Yo sufrí falta de conciliación mientras estaba trabajando en la tesis (experimentos interminables, congresos, cursos) y después de todo el esfuerzo no tengo ninguna oportunidad por haber tenido hijos y no querer abandonarlos durante uno o dos años para continuar con mi carrera. Es realmente triste que haya mujeres sobradamente preparadas que estemos sufriendo ese desplazamiento laboral por el simple hecho de haber sido madres.

    1. Cristina… Tuve a mi primera pequeñaja mientras escribia mi tesis, y pude, no sin esfuerzos, leerla y doctorarme. Despues vino mi otra chiquitaja, y aqui estoy, sin postdoctoral en el extranjero… Asi que creo que me entiendes mas que bien… Yo tambien soy biologa, y estamos sobradamente preparadas… Solo que, somos ante todo, madres, y parece que eso en el mundo de la ciencia no casa mucho… Animo! Vendran tiempos mejores, seguro! Besos!!

  21. Hola,
    Me ha gustado mucho el post y me identifico contigo totalmente. Trabajo en un sector que además de no conciliar cada vez es mas inseguro y por eso lo compagino con un proyecto online, mis 6 hijos y ahora el Blog. En esos momentos en los que todo te parece una broma pesada sin salida me ha ayudado mucho un pensamiento de poder que tengo y lo pongo aquí por si le puede servir a alguien y es que a nosotras nos ha tocado vivir el stress a tope pero a nuestras abuelas que sus hijos y maridos se fueran a la guerra!… como yo no lo cambiaba pues oye, viva el stress y para delante. Un abrazo fuerte

    1. Otro abrazo para tí! 6 hacia adelante…. guauuuu!! mi más sentida admiración!!

  22. Absolutamente de acuerdo. Como me dijo mi jefa (50 años, soltera sin nada q hacer fuera del curro) en una conversación, que nadie me iba a echar de la empresa por usar el horario flexible para ir a recoger a mi hijo al cole. Eso si, que para tener carrera laboral tenía que sacrificar muchas cosas. O como me contaba amigablemente la directora de RRHH de mi empresa, que ella para conciliar metió una mujer en casa. Súper maja, que ahora se lleva genial con sus hijos, y los tiene en el Facebook!! O como otra compañera exitosa nos cuenta, que ella tiene una interna viviendo en su casa. Flipando con lo equivocada que están algunas mujeres con el concepto de conciliación. Si eso es lo que la sociedad entiende por conciliar, nos queda muuucho camino por recorrer. Ánimo mamás!!

    1. Tremendo… a mí me hace gracia lo del tiempo de calidad… tiempo de calidad supone que no estás estresada, ni agotada!! y lo siento, pero sólo media horita con tus hijos, no es tiempo de calidad… 🙁

  23. Así es. Fundamental q el papá de implique tanto como la mamá si queremos conciliar, y aún así el panorama laboral después de la maternidad es complicado par nosotras. Tenemos mucho q luchar aún para poder conciliar sin remordimientos y sin impedimentos

  24. Ay, me siento muy, pero que muy identificada, empezando por lo de ser de Málaga, y licenciada, cursando un trabajando en proyectos de investigación cuando me quede embarazad ay descubrí esta realidad y todo lo que implica el engaño de la conciliación. Pienso como tú conciliar no puede ser dejar a tus hijos en la guardería alas 7:30 de la mañana para no verlos hasta las 6 de la tarde (con suerte) y pasarte así toda su época de bebés, infancia y adolescencia hasta que te llegue la edad de jubilación y puedas tener algún rato más para disfrutar de ellos, cuando ya probablemente se te hayan ido de casa. Y claro que después de tanto estudio, preparación y trabajos precarios a ninguna nos gustaría dar una patada a nuestras profesiones, pero como no se concilia y al final tienes que acabar eligiendo, o eliges dedicar tiempo a tu familia o a tu trabajo. Ambas opciones igual de respetables pero nunca plenamente satisfactorias para nosotras. Creo que en el fondo, siempre tendremos clavada la espinita de la renuncia a una de las dos parcelas. Aunque esta haya sido solo parcial.

    1. Es una espinita, exacto. Yo no me arrepiento de estar renunciando actualmente a esa parcela laboral, pero lo que he intentado reflejar es que me da rabia, mucha rabia o más bien impotencia porque estamos altamente cualificadas y capacitadas, y es una lástima que no se pueda compaginar todo al 100%, porque como he dicho antes, ante mis niñas y mi trabajo, mi prioridad son mis niñas, por supuesto…

  25. Cuanta razón tienes querida! Nos engañaron cuando dijeron q podríamos ser igual q ellos…no lo somos,porque parimos,o aunque nuestro bebé venga del corazón en vez de por la vagina,tambien lo parimos!!
    Mi experiencia en una gran fábrica de producción es la misma q la tuya. Si,nos dejan reducir nos l jornada(q en la mayoría de los casos lo hacemos las mamás) pero ya no puedes presentarte a vacantes internas y si ya tenías un buen puesto,no lo puedes cubrir bien pq no estás las 8h.
    Seamos panaderas, fabricantes,biologas,barrenderas,bomberas….creo q nunca podremos priorizar dándote a elegir entre nuestros hijos y nuestros trabajos.

    1. priorizamos, evidentemente, en lo que tenemos que priorizar, que son nuestro hijos… y es una pena tener que elegir, porque no hay elección que valga. Nuestro niños por delante, por supuesto!

  26. No puedo estar más de acuerdo. Conciliación… No existe. Gracias por el post. Me a encantado.

    1. Gracias siempre a vosotras por estar ahi, leyendo y entendiendo… conpartiendo sentimientos al fin y al cabo…

  27. La cruda realidad… es triste pero es así. Te entiendo totalmente. No existe la conciliación sino que se trata de una hiperorganizacion de tareas en las que irremediablmente el tiempo no juega a nuestro favor y lamentablemente creando que vivamos en una situación de estrés y ansiedad que en mi caso mermo mi salud (vivía en constante cansancio y con un sentimiento de culpa inmenso). Estoy aprendiendo que hay cosas que el tiempo no te devuelve así que a cuestión de priorizar. Eso y que al final incapaz de encontrar una empresa que te permita conciliar… estoy creando una que se ajuste a mis horarios y necesidades… No queda otra… y después ya veremos, mientras tanto a vivir el día a día. Gracias por exponer la realidad tan claramente.

    1. Mucha suerte en esa empresa a tu medida, seguro que te ira genial y saldra adelante con energia! Y si, priorizar es la clave, y al carajo el resto! 😉

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