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Las emociones que nos encontramos en el camino de la maternidad

Las emociones que nos encontramos en el camino de la maternidad

El viaje de la maternidad es un viaje en el que muchas emociones se disparan con intensidad. En este artículo que ha preparado la psicóloga Silvia Nava nos ayuda a hacer frente a nuestras emociones y saber qué podemos hacer.

*Podéis seguir a Silvia en Instagram y en su web.

A estas alturas, creo que pocas personas pondrán en duda la revolución que supone la maternidad en nuestras vidas, no solo para las madres sino para todo lo que las rodea. Y quizás cada vez más por cómo vivimos la vida ahora, donde parece que todo se puede disfrutar más y durante más tiempo.

Elegir hoy en día el camino de la maternidad, teniendo trabajo o sin tenerlo, con la incertidumbre económica, consiguiendo estabilidad pasados los treinta y cuando hay personas que eligen libremente tener una vida sin hijos, la verdad que de primeras… podemos entender que esta elección puede suponer una crisis vital importante para muchas mujeres.

Es curioso como la maternidad, que es tan antigua como la vida misma, cada vez tiene un lugar más complicado e incluso más pequeño. A veces pienso en lo maravilloso que hubiese sido al revés, y creo que algo nos hemos perdido por el camino. Hemos avanzado mucho, aunque todavía queda, en la presencia de la mujer en el mundo y en las empresas, pero nos queda mucho por hacer en cuanto a las madres.

Mi propósito hoy va a ser poder mirar qué emociones encontramos en este proceso de convertirnos en madres, qué obstáculos y qué podemos hacer para poder acompañarnos a nosotras mismas de la mejor manera posible.

Y es que muchas veces, además de la ilusión y la felicidad que supone para muchas madres conocer que están embarazadas, rápidamente aparecen otras emociones que no son tan agradables y que van a quedarse con nosotras acompañándonos probablemente para siempre, aunque con matices.

Hace unas semanas, en una formación de psicología perinatal con Ibone Olza, nos invitó a reflexionar sobre la primera definición que hace la RAE sobre la palabra “embarazo”: IMPEDIMENTO, DIFICULTAD, OBSTÁCULO. Es curioso que esta definición conviva con la definición de “estado en el que se encuentra una mujer gestante”. De entrada, empezamos fenomenal. Y es que en parte empieza un poco así, con un listado de cosas que no vas a poder hacer, comer, beber, con planes que quizás no puedas mantener, con un trabajo que tendrá que parar un tiempo a veces indeterminado y con una intuición de que esto no ha hecho más que empezar.

Aquí viene esta frase de la famosa canción “ya nada volverá a ser como antes…”, y así es. Hay cosas que volverán, menos mal, y otras que no como tener todo tu tiempo libre para ti o elegir a qué hora te vas a despertar. Pero ojo, también descubrirás muchas cosas que no sabías que existían, descubrirás el amor infinito e incondicional, te encontrarás con tu infancia, y reconectarás con la ilusión de las primeras veces.

La crisis de identidad es innegable. Me encanta esta frase que dice “cuando nace un niño, nace una madre”. A un niño le permitimos todo, porque acaba de nacer, o porque es pequeñito, y desarrollamos la paciencia y la compasión para poder acompañarlos bien en su crecimiento. ¿y qué pasa con las madres? Acaban de nacer, y ya tienen que saber gestionar sus emociones, entender a la perfección qué se hace con un bebé, por supuesto volver a trabajar sin despeinarse y saber lidiar con el crecimiento de sus hijos. Y además no te vayas a quejar, porque es algo que has elegido.

Todas las madres sentimos miedo, todas sentimos culpa, todas sentimos frustración y todas pensamos a veces que menudo jardín en el que nos hemos metido. ¿Y qué podemos hacer en este cóctel de emociones?

  1. Aceptar que las emociones desagradables son parte del camino, y que son pasajeras. Muchas veces recibo en mi consulta futuras madres que no quieren sentir miedo. El miedo es una emoción básica para la supervivencia, el miedo nos protege, lo importante es que no sea limitante.
  2. Abre todos tus sentidos para descubrirte como madre. Permítete equivocarte y soltar a la madre perfecta, deja de buscarla porque no existe.
  3. No dudéis en “formaros” en todo aquello que sintáis que os cuesta un poco más respecto a la crianza. No consiste en querer hacerlo perfecto, sino en tratar de hacerlo bien la mayoría de las veces y sobre todo, saber cuándo no lo hemos hecho bien y poder repararlo.
  4. Si sientes que la maternidad te está removiendo más de lo que sientes que puedes sostener en el día a día, la terapia siempre será un lugar para acompañar toda tu revolución interna.

Me gustaría terminar con unas palabras de Pepa Horno, que saco a la luz siempre que puedo:

“Nadie me dijo que llevaba tiempo saberse madre, llevaba tiempo, horas, minutos, tardes de parque, lavadoras, purés y peluches llegar a saberse madre. Ni que ese tiempo adquiría otra dimensión, que entras en un tiempo que no es el tuyo, porque el tuyo murió y el nuestro aún no ha llegado. Ni que habría momentos en que deseabas parar el tiempo, y otros que pasara tan deprisa que no pudieras ni vivirlo (…) Pero, sobre todo, no sabía que llegaría un momento donde las fronteras de mi ser no estarían en mi piel sino en la suya, en el que miraría mi vida a través de sus ojos, y la vería cargada de otros colores, de otros brillos y otras penumbras. No sabía que yo también nacería de nuevo…”.

Y vosotras Malasmadres, ¿cómo habéis vivido vuestra maternidad?

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Han comentado...

  1. Buenísimo desglose de emociones. Real como la vida misma. Cuando mi peque tenía dos meses me di cuenta que, o pedía ayuda mediante terapia, o me iba a perder por el camino. Sigo navegando por ello.

  2. Los sigo con interés desde Argentina hace mucho tiempo, pero quisiera pedirles que cuando hablen de maternidad contemplen a aquellas que lo somos sin haber transitado un embarazo o los primeros años de nuestros hijos: La maternidad adoptiva.

  3. Buenas,

    el artículo es muy bueno y muestra como tu vida cambia totalmente como la habías conocido hasta la llegada del bebé. Pasarás momentos duros, de miedo, pero también de mucha felicidad.. el tiempo pasará volando y cuando te quieras dar cuenta estarás con otra persona con la que seguir creciendo y aprendiendo..

    Besos!

    A. Moreno
    A, Moreno

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