Se hace difícil escribir la historia de una lucha incesante por la vida, cuando la propia vida nos ha arrebatado el derecho a sonreír. Hace apenas cinco semanas Manuel, el bebé de 17 meses, nos dejó, tras luchar contra una enfermedad casi imposible, pero ante la que ni sus padres ni todas las personas a su alrededor nos rendimos en ningún momento.
Con su corta edad, Manuel se coló en portadas y titulares de medios de comunicación, unió cientos de vidas vallisoletanas y madrileñas, también palentinas, y trascendió fronteras a través de las redes sociales. Porque sabemos que el mundo es injusto, la vida no es fácil, pero que nos hagan asimilar que un niño debe renunciar a su futuro por una enfermedad rara, resulta imposible de concebir para cualquier ser humano.
Las estadísticas son sólo números, pero la esperanza es el todo. Y es lo que nos movió a nosotros y a miles de personas que, a través de sus donaciones en la campaña de recaudación, difusiones en redes sociales, a través de sus palabras de apoyo o gestos de solidaridad y de su asistencia al concierto benéfico que se celebró el domingo 5 de marzo en Valladolid, dejaron sus vidas a un lado para unir sus corazones en la lucha por la vida de Manuel. La recaudación subió de forma vertiginosa ante los ojos esperanzados de todos, quienes a la vez, en los últimos días, nos rompíamos con las noticias que nos iban llegando desde el hospital.
Cuando hace poco más de un mes nos abrazábamos a sus padres, todos sabíamos que habíamos hecho todo lo posible. Pero la medicina se antoja caprichosa y nos hace vivir montañas rusas de emociones. Nos sitúa ante precipicios imposibles y nos pone a prueba con la mayor de las amenazas.
La campaña de donaciones ha llegado a su primer objetivo: 150.000 euros destinados a la investigación de este YA NO tan desconocido tipo de cáncer que afecta a uno de cada dos millones de niños.
Manuel no lo podrá ver, pero sí los miles de niños en todo el mundo que sufren la misma lucha, y detrás de los cuales hay miles de familias y personas unidas por la misma causa. Por ellos, debemos seguir difundiendo y donando, porque cuanto más se recaude, más y mejor será la investigación. Gracias a esto y a la Fundación CRIS, el rabdoide dejará de ser un cáncer no investigado. Y es el mejor legado que nos puede dejar Manuel. Su lucha, la difusión de su caso, hará que las estadísticas dejen de ser tan desilusionantes. El legado de Manuel es la vida de miles de niños. Y esa garantía es la que debe hacernos sonreír en el futuro.
Todos y todas tendremos muy presente, el resto de nuestras vidas, la importante lucha y el amor incondicional que se ha demostrado durante meses, y que perdurará siempre. Por supuesto, en los ojos de sus padres, que han demostrado generosidad, valentía y humanidad como nunca hemos visto antes. Y es lo que nos llevamos: el legado vital que Manuel ha regalado al resto del mundo y la lección de vida que su familia nos ha dado a corazón abierto.
Marta Turiño Rueda.
Por favor, dona y difunde en la campaña en este enlace.
Y sigue el perfil de Manuel en Instagram:
Para conocer más sobre su caso y el resto de la investigación de la Fundación CRIS.
Que desgracia, ojala se puede ayudar a otros Manueles!
Fuerza y un abrazo!
A. Moreno