Hemos pasado de algo sin mucha gravedad a recluirse en casa. De una día para otro nuestra vida se ha visto paralizada, en situación de casi aislamiento. Estamos desorientados, sobrecogidos por el miedo y la paranoia ya que el posible contagio está en cualquier parte y dando muy pocas señales.
Debido al cierre de los colegios en Madrid la vivencia se ha intensificado y nos vemos forzados a adaptarnos a una situación nueva, desconocida y sin antecedentes sobre los que apoyarnos. ¿Cómo nos vamos a sentir miedo?
En estos momentos de crisis es totalmente normal que nos persiga la misma idea, que se instale el temor y nos sintamos continuamente en alerta. Precisamente por esto es necesario construir un escenario particular y seguro en el que cuidar nuestro estado de salud emocional y el de nuestros hijos. Porque ellos construyen su manera de abordar las situaciones tal como podamos hacerlo nosotros.
La exposición constante a la información tampoco ayuda: no siempre fiable ni rigurosa, produce malestar y aumenta nuestros niveles de alerta y nerviosismo de manera innecesaria.
Aquí comparto algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a cuidar el bienestar psicológico familiar:
- Establece rutinas adaptadas a esta nueva lógica. Nos ayudan a ordenarnos, a adultos y niños: fundamentalmente horarios de comida, higiene y sueño. En caso de no tener clases online, dedica un rato a tareas escolares. Puede ser un buen momento para incorporar nuevos aprendizajes y responsabilidades que implica estar en casa (cómo hacer camas o poner una lavadora, cocinar…). Jugando todo se lleva mejor.
- Evita el “contagio emocional”. No te dejes arrastrar por el miedo. Estar continuamente conectados y hablando del mismo tema aumenta la preocupación. No difundas noticias dudosas o imágenes alarmistas, contribuye a que sobredimensionemos el problema. Cambia el chip: haz cosas en familia, inventa alternativas, diviértete en casa y ríe, porque ahuyenta los miedos. Préstales atención y aprovecha para vivir con menos exigencia: nos trae calma y tranquilidad, a ellos y a nosotros.
- Acepta las emociones incómodas. Quitarle importancia es negar el miedo. Darles su lugar los aligera. Busquemos apoyos compartiendo inquietudes con amigos o familia. Demos lugar a que los niños también puedan preguntar o hablar de ello. Respondamos a las preguntas honestamente -adaptando el lenguaje a su edad y sin mentir- incluso aunque no tengamos las respuestas. Hablar es un modo de poder elaborar esta situación que no sabemos bien cómo digerir. De manera limitada, sin que eclipse el día y la conversación.
- Tolerancia y paciencia. Encontrarnos todos bajo el mismo techo, con pocos o ningún relevo, con pocos (o nulos) contactos con el exterior facilita los roces y aflora los conflictos. No nos dejemos llevar por el nerviosismo, como adultos somos los responsables de manejar nuestro grado de flexibilidad para facilitar la convivencia. Este tiempo pasará.
- Una crisis, una oportunidad: para rebajar las exigencias, las prioridades y enfrentar renuncias que tanto nos cuesta hacer. Para aprender y enseñarles a nuestros hijos a vivir en la incertidumbre. Esta nueva situación nos obliga a plantearnos la convivencia en familia y a vivir a un ritmo mucho menor. Y nos recuerda que siempre podemos elegir qué actitud tomar en lugar de dejarnos llevar.
Y vosotras Malasmadres, ¿cómo lo estáis viviendo?
Hola, soy de Colombia, aquí está comenzando todo y también cerraron ya los coles. Quería compartir con vosotras un hermoso mensaje, publicado por mi maestra de danza Antonina Canal, Pandemia viral * “Y así un día se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva, hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres, las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante un beso, ante un abrazo.Y nos dimos cuenta de lo que era y no importante, y entonces *una enfermera se volvió más
indispensable que un futbolista*, y un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos los rodajes de las películas, las misas y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, y para esperar en casa que lleguen todos y para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados.Tres gotitas de mocos en el aire, nos ha puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía, nos ha dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran accesorios.No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz y junto a una paranoia hervida en desinfectante nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo.Volvimos a la ser aldea, la solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento,existe una sola alternativa:ser mejores juntos.
Si todo sale bien, todo cambiará para siempre.Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazón,cuando todos los mapas se tiñan de rojo con la presencia del que corona, las fronteras no serán necesarias y el tránsito de quienes vienen a dar esperanzas será bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel, dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era”.(Edna Rueda Abrahams)
Hola desde México acá las cosas están mal, un gobierno que toma a broma está situación y como madre que trabaja pues tampoco nuestros empleadores hablan con nosotros referente a las medidas que adoptarán para prevenir contagios. Cómo población a nuestro gobierno no le importamos y es algo a nivel mundial algo muy serio
Pues yo estoy en EEUU y aún no han instaurado el quedarse en casa, aunque sí han cancelado las escuelas (al menos 2 semanas) y la universidad en la que trabajo Vamos a hacer enseñanza online el resto del semestre. Pero estar en contacto con la familia en España y ver cómo avanza en Europa me produce unos niveles de ansiedad increíbles. Es como estar esperando el Apocalipsis. Ánimo a todas las malas madres que están aguantando como pueden. Superaremos esto.
Estoy agotada, he bajado a darme un paseo por la calle sola para recuperar un poco el equilibrio. Ayer fue un día muy intenso, demasiadas cosas seguidas para digerir, demasiada información, demasiadas dudas, demasiado estrés… (añado que soy persona de riesgo por una cardiopatía y en el trabajo me dijeron que dejaba de trabajar desde ayer hasta nuevo aviso) Al final de la tarde me puse a ver una película con los buenos hijos y dejé el móvil lejos, para desconectar, parar, estar tranquila con ellos, tener un momento los tres.. Después cené y me acosté para resetearme. Esta mañana me he despertado mejor pero a lo largo del día el estrés me ha ido invadiendo otra vez.. Y dp la culpa por perder los nervios con los niños.. Estoy separada y el buen padre no ayuda con la organización, lo que me genera un plus de ansiedad. Que alguien me mande el protocolo para familias separadas… Intento poner orden en este momento de malamadre en soledad y os leo para coger ideas y encontrar un poco de calma (el vasito de vino me lo tomaré con la cena para relajarme.. Jeje)
Muchas gracias por el post. Ánimo a todxs!
Muchas gracias por vuestros consejos, así lo estamos intentando enfocar ante el cierre temporal de la clínica donde trabajamos… tiempo para la familia, para el cuidado personal, para la formación online… Duro al principio xq somos animales sociales, pero una vez pasada la ansiedad del “mono” d estar con gente , llega la calma y poder disfrutar de los momentos d reflexión y de romper con muchas ataduras
Hoy ha sido un día muy duro. Dos niños de 11 y 9 años, con muchas tareas que va enviando el colegio para que hagan, caos y gabinetes de crisis en el trabajo (que estando en casa paso de jornada reducida a extendida por el mismo precio, 12 horas hoy al precio de 7). Miles de whatsapp de trabajo, familia, grupos del colegio, amigos… Estoy física pero, sobre todo, mentalmente agotada. Segundo día…
Frente a lo inevitable de la reclusión, tomarlo con calma. Tener más tiempo para los proyectos personales que muchas veces han quedado postergados es una ventaja, y nos permite ocupar nuestra mente con otros contenidos. El artículo, muy bueno!
Gracias por el post. Es imposible no dejarse llevar en algún momento por el miedo. Vivo en Andalucía, seguramente esta noche anuncian el cierre de coles, y peco de estar todo el tiempo conectada buscando la última hora. No más! Ahora a pensar en qué cosas chulas hacer con mi buenhijo de 3 añitos estas próximas semanas. Besitos a todas
Lo llevo mal, mucho. Vivo con pánico y ansiedad constante que no sé cómo gestionar. Lo veo todo negro, solo se ven malas noticias. Gracias por el post.