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Cumplimos un año. La lucha continua #yonorenuncio

Cumplimos un año. La lucha continua #yonorenuncio

Llevamos un año de lucha y hay que continuar para que la conciliación sea una realidad. En este 2015 estamos muy orgullosas de todo lo que hemos conseguido juntas todas las malasmadres, nosotras que estamos a este lado y vosotras que estáis ahí, apoyando, compartiendo, gritando y reivindicando, demostrando que hemos nacido para luchar y que no vamos a renunciar. Hemos conseguido visibilizar el problema de la conciliación y que los medios nos tomen como grupo de presión, como comunidad que tiene mucho que decir. Después de un año muy intenso, de esfuerzo, ilusión y trabajo a vuestro lado, ha llegado la hora de marcar nuevos objetivos. Y tenemos uno claro para 2016: involucrar al hombre en esta causa porque esto es un problema que nos implica a todos y nos beneficia a la sociedad, a la familia, a ellos y a nosotras. Hay que seguir alzando la voz y gritando bien fuerte que no vamos a renunciar #yonorenuncio #yoconcilio
¡Necesitamos tu ayuda para que hombre y mujer, madre y padre formemos el mejor equipo como os contaba en mi post del miércoles! Cada experiencia vivida, cada visión y cada opinión cuenta para construir el camino en este año. Por eso, hoy te pedimos que nos ayudes a trabajar en este camino juntos y contestes a la pregunta que hay al final del post. Ahora os dejo con Maite Egoscozabal, la socióloga del proyecto, una gran profesional y mejor persona, mi compañera, mi aliada en esta batalla. Nadie mejor que ella para explicar lo que hemos hecho este año y hacia dónde queremos ir con tu ayuda.

Hace un año comenzábamos el proyecto concilia13f diciendo que “la conciliación es un viejo problema en un nuevo contexto” y creo oportuno recordarla hoy para para presentar las reflexiones de este año…
Un viejo problema porque a pesar de que la mujer del siglo XXI se define con valores y estilos de vida diferentes a las de las generaciones anteriores, seguimos viviendo en una sociedad en la que la responsabilidad del cuidado recae mayoritariamente sobre nosotras, cediendo el espacio del desarrollo profesional a los hombres.
Y en un nuevo contexto porque somos una generación de mujeres que hemos tenido las mismas oportunidades que nuestros compañeros y nos hemos incorporado en el mercado laboral sin problema aparente. Sin embargo, la maternidad es el momento en el que aparecen las mayores desigualdades debido a que socialmente se aprueba la idea de que la mujer es quién asume la responsabilidad del cuidado.
Ante esta situación, las familias toman decisiones, algunas vienen dadas por la inercia social y otras se reflexionan y se discuten, pero todas ellas giran en torno a dos conceptos clave: el equipo y el pacto.
Cuando llegan los buenoshijos al hogar, la familia se organiza, se reparten roles para trabajar como un auténtico EQUIPO. No vamos a negar las diferencias que existen entre un equipo de mediados del siglo pasado -en la que las mujeres asumían exclusivamente todas las tareas domestico-familiares- con la de un equipo actual, pero los datos demuestran que el reparto igualitario de las tareas entre hombres y mujeres todavía es inexistente y que es imprescindible seguir trabajando a favor de una corresponsabilidad real. Según el INE, los hombres dedican cuatro minutos más al día a las actividades culinarias que en 2003, pero es casi una hora menos que las mujeres.
Además del reparto de tareas, las familias que se enfrentan a las dificultades de compaginar su jornada laboral con las responsabilidades del hogar, también crean un PACTO (para algunos el pacto se da por hecho y, en el mejor de los casos, la pareja se sienta a hablar sobre ello). Un pacto para solucionar las carencias de las mal definidas políticas de conciliación, que se resuelve de forma privada e informal y cuyos resultados no siempre son satisfactorios.
En este acuerdo se plantean varias cuestiones relacionadas con las responsabilidades que asume cada uno: ¿compartimos la baja por maternidad/paternidad? ¿Uno de los dos tendrá que reducir la jornada? ¿Excedencia? ¿Cambio de trabajo?…
Al revisar las cifras estadísticas constatamos que estos acuerdos tienen un patrón común: la mujer asume el cuidado de los hijos cediendo el terreno en el ámbito laboral a su compañero: según el INE, el 12,1% de las mujeres con contrato parcial es para cuidar a los niños/as frente a un 1,6% de hombres que toman esta opción. Asimismo, el 94% de las excedencias para el cuidado de los hijos/as la solicitan mujeres, y el 6% hombres.
El Club de Malasmadres quiere seguir trabajando para que ni mujeres ni hombres tengan que renunciar a su carrera profesional o a ver crecer a sus hijos. Queremos apostar por una conciliación real. Para ello es fundamental responsabilizar al estado y a las empresas de la necesidad de fomentar las jornadas intensivas y flexibilidad horaria para acabar con el problema social de la conciliación. Pero también existe una tercera pata que es clave para caminar hacia una sociedad más sostenible: la familia. En este sentido el Club quiere implicar no solo a las madres, sino también a los padres, mujeres y hombres para que la corresponsabilidad deje de ser un concepto lejano y utópico.

Han comentado...

    1. Genial!!! Este proyecto es gracias a vuestra colaboración, así que mil gracias por rellenar el formulario 😉

  1. En nuestro caso fue una decision conjunta. Yo nunca he querido ascenderen el trabajo porque considero que (conijos o sin ellos) no me merece la pena. Mi marido, al contrario que yo, siempre quiso centrarse en su carrera profesional. Cuandoel buenhijo nacio, nos sentamos a hablar y se decidio que yo trabajaria 50% desde casa y 50 en la oficina, peroa cambio el se ocuparia del niño porlas mañanas, llevandolo al colegio, desayuno…
    Para mi sorpresa, aunque soy yo la que hace malabares porlas tardes paramantenerla casa decente, salir al parque, trabajar y un largo etc… Es a el aquien recriminan en el trabajo el llegar relativamente tardea trabajar (a las 8:30).
    Y por cierto, vivimos en alemania, cumbrede la conciliacion y la “igualdad”. No me extraña que la tasa de natalidad este en minimos!

    1. Sara muchas gracias por compartir tu historia y tu experiencia en un país como Alemania! Un abrazo 😉

  2. En mi caso tengo la suerte de poder decir que “intentamos” conciliar ambos. Él entra a trabajar tarde y se encarga de levantar, desayunos, cole, posibles lavadoras y si le da tiempo, deja la cena hecha. Yo entro a trabajar a las 7.45 de la mañana para hacerme cargo por la tardes. A las citas médicas y demás suelo ir yo porque él trabaja en el sector hospitalario y no puede irse de su servicio, y yo, que soy bibliotecaria en la administración pública, me puedo marchar a recoger niños malitos o llevar al médico y luego recupero las horas que he faltado.
    Mi marido lo pasa mal, no está presente ni en los baños ni en muchas de las cenas, pero lo compensa el fin de semana. Yo pediría una baja de paternidad más larga y obligatoria, para que puedan disfrutar de sus hijos y para que puedan descansar, porque con un bebé recién nacido al final ninguno de los dos duerme ni descansa…y así nosotras no seríamos “castigadas” por la maternidad.

    1. Gracias Munchi! Esa es una medida interesante para permitir que ellos también formen parte de la crianza. Muchas gracias por compartir con nosotras tu historia 😉

  3. Yo por mi parte, estoy toda la tarde con ellos ya que tengo la suerte de trabajar hasta las 15.00.
    Ahora, leyéndoos, me hago una pregunta: es posible educar en igualdad (como creo que lo estoy haciendo, y lo que defiendo activamente) cuando siempre han visto que solo está su madre para sus revisiones del pediatra, vacunas, cumpleaños de amigos, fiestas del cole/guarde, comprarles ropa etc.?
    Es decir, por mas que yo les eduque (2 niños 1 niña) en igualdad, fomente que tengan tantos amigos como amigas, todos participen por igual en las tareas etc., al final, el padre solo está para ir al parque un rato el fin de semana y poco más, aunque yo trabajo y aporto económicamente a la familia tanto como el.
    Bueno, no se si se entiende la pregunta que me hago…

    1. Natalia se entiende perfectamente! De hecho es una de las batallas que tenemos: ¿cómo educar en igualdad cuando los hijos/as reproducen los roles que ven en casa? De ahí la lucha por la conciliación, para que ellos también estén presentes en casa igual que nosotras y permita la corresponsabilidad real. Mil gracias por tus comentarios.

  4. En mi caso, los dos estamos igual de pringados. Profesionalmente, quiza sea él el que ha renunciado mas, o por lo menos cobra menos, lo que implica que es sobre todo él quien se coge dias sin sueldo y similares. De todas formas, todos los dias, los dos asumimos mas de lo que podemos, y los dos nos desvivimos. No hay otra forma, con dos personas trabajando a tiempo completo y con tres niños pequeños. Y sin abuelos cerca!
    En fin, que nuestras situaciones profesionales hacen que mi marido esté igual o mas implicado que yo en la crianza. Pero el caso es que me resisto a decir que tengo suerte. Por supuesto que creo que la tengo por muchas otras cosas, pero todos los dias tengo que oir la suerte que tengo de que mi marido se implique tanto, y lo que me digo es que lo que mi marido hace deberia ser lo normal… estamos hablando de sus hijos! Lo que no es normal es que la madre, por ser la madre, tenga que saber mejor el nombre de los amigos de sus hijos, o hablar mas con los profes y con las cuidadoras de la guarde. No es normal que el pediatra no le vea la cara al padre, no es normal que un padre no haya consolado a un niño después de una vacuna. No es normal que una madre tenga que dejar preparado hasta el ultimo detalle para el padre que se queda con los niños, como si fuese una niñera.
    En fin, que mi suerte a lo mejor es la de haber dado con el padre mas normal del mundo 🙂

    1. Exacto María! La responsabilidad del cuidado debe ser de los dos… esa es la normalidad que estamos buscando y por la que tenemos que seguir luchando. Mil gracias por compartir tu experiencia y por tu reflexión tan interesante. Un abrazo

  5. En mi caso tanto mi marido como yo luchamos por conciliar. Eso implica que cuando tenemos a uno de los niños malos pues se hace cargo el que “pueda” en ese momento. Y con esto me refiero no a no ir a trabajar, sino a llegar más tarde o salir un poco antes, turnarnos entre él y yo para atender al niño malo. Vamos que nos toca hacer malabarismos entre el trabajo y llegar a casa a cuidar al niño enfermo en cuestión.
    Afortunadamente en ninguno de nuestros trabajos nos ponen “pegas” por tener que salir a llevarlo al médico, por ejemplo, pero cuando toca quedarse en casa con el niño toca tirar de vacaciones, de días sin sueldo… o recuperar las horas. Y esto no es un tema de los empresarios, sino del Estatuto de los Trabajadores que no contempla el cuidado de un menor enfermo, más que tres días en caso de hospitalización. Con suerte tienes un convenio que puede mejorar algo el Estatuto, pero de normal no. En este país no se contempla que un niño tenga una varicela o una gripe, se tenga que quedar enfermo en casa y ¿quién se queda con él? Ah! claro, hay que tirar de abuelos (el que los tenga, en mi caso no los tengo cerca). Vivimos en una sociedad hipócrita donde se nos dice que todos somos iguales, que se puede tener hijos y trabajar. Eso si, procura tener un hijo que no enferme jamás. Así de triste.

    1. Es fundamental normalizar la presencia de los niños en esta sociedad. De qué nos sirve que exijan o apoyen la natalidad si después no hay apoyos para conciliar? Mil gracias por aportar tu punto de vista, es estupendo! Un abrazo.

  6. En mi caso no hay PACTO alguno. Si le preguntan a él,probablemente diga que lo hay,pero no es así. Yo cargo día tras día con la responsabilidad de que las cosas salgan adelante,porque él no está a diario. Si algo se olvida, se me olvida a mi. No lo dice,ni mucho menos, pero no está, a él no se le olvida, porque probablemente me lo ha recordado a lo largo del día y con eso ya ha hecho bastante.Y así con todo lo que no se hace, os podéis imaginar.
    Y no está,no porque no quiera o si no lo se bien,porque él tiene la excusa perfecta: el trabajo.
    Ay el trabajo! Ellos trabajan,nosotras renunciamos y cargamos con todo a lo que a ellos no les deja el trabajo llegar.
    Aunque llevo una semana dándole vueltas a si la que ha renunciado soy yo o es él el que lo ha hecho y se está perdiendo lo realmente importante de nuestras vidas.
    Laboralmente ahora mismo, yo siento que he renunciado y que en el futuro querer más va a significar no estar para mis hijos. Y no lo quiero, bueno si sí lo quiero. Pero emocionalmente no estoy segura de poder con ello.
    Porque los niños a mí si me recriminan que trabajo, que no llego, que no estoy. Pero a él, a no ser que no llegue a acostarlos o a algo puntual que ellos quieren, a él no hay nunca recriminaciones.
    Y ya no hablemos del resto del mundo, a ellos nunca se les pregunta ¿vas a fatar a la actuación de Navidad? por poner un ejemplo de lo más absurdo,porque de lo importante que no hacen, se pierden o no comparten, nadie pregunta.
    Por que a ellos nadie les dice que lo mejor es que estén el mayor tiempo con los niños,porque le necesitan. No se las veces que habré oído esa frasecita.
    Me he extendido mucho y seguramente explicado fatal, pero el resumen es que me gustaría poder disfrutar del tiempo con mis hijos no sufrirlo, porque muchos días lo sufro. Porque no llego,porque sola no puedo con todo. Porque que mi marido deje el desayuno hecho, llegue algunos días a bañar a los niños y el fin de semana “compartamos” las tareas a mi no me ayuda.
    Y por último GRACIAS por decidir moveros,por conseguir darnos voz, por no dejarlo en “flor de un día”.

    1. Estoy en la misma situación que tú, así que te he entendido perfectamente. El buenpadre tiene que ir a correr entre semana, la malamadre hacer malabarismos para bañar, y después a la vez hacer cena y comida del día siguiente. Y encima escuchar por qué no he ido a andar en todo el día. ¿Acaso he tenido 5 minutos libres en todo el día? Noooo.

      1. Es que es justo eso Virginia.
        Ellos al final, más o menos, siempre tienen tiempo para sus cosas ( para ellos es siempre menos que más). Pero es que tú no haces las tuyas, porque no las haces, lo que no saben es responderte cuando les pregusntas cuándo tienes tú tiempo para hacerlas.
        En mi caso, como por trabajo le es imposible estar antes entre semana, me dice siempre que le deje los niños a su madre, mis padres, etc. Pero entonces quién se aocupa de recogerlos, meriendas, de los deberes, llevarlos a extraescolares…

      2. Exacto Virginia, hay que apostar por cambiar esta situación y que asumamos las mismas responsabilidades para poder poder tener mejor calidad de vida. Gracias!!!

    2. Hola amiga! Acabo de leer tu comentario y te has explicado perfectamente. En mi caso la situación no es tan acuciante pero entiendo sobre todo cuando dices que él no está o que no aprovecha el tiempo para pasarlo con sus hijos. Entiendo cuando dices que la carga la llevas tú, yo cuando he estado mala en casa he seguido organizando porque no es capaz de llevar el mismo ritmo. Sé que puede ser muy frustrante y que, a veces, saldrías corriendo pero piensa que es por lo más grande que tienes en la vida: Tus hijos. Los niños son muy inteligentes y cuando a él no le recriminan nada ya ti sí es porque saben perfectamente quién está SIEMPRE. Eso creo que es lo que le debes hacer ver a tu marido, que se dé cuenta de lo que se está perdiendo, que es tiempo que no se recupera y que la confianza y el conocer a los hijos se forja desde pequeños. Luego es difícil llegar a cierto grado de complicidad.No pretendo darte consejos obviamente, lo que te cuento es mi lucha, los sermones que le suelto a mi marido cuando sale el tema o cuando veo que se pierde cosas ggg. Mucho ánimo y espero que mejore tu situación.

      1. Soy consciente Gema, de que “tiran” de mi para todo porque soy la que está, pero no me vale…
        No es que el padre pase, es plenamente consciente de la situación. Pero como tiene los horarios que tiene y cuando llega a casa tiene que seguir, pues parece que él se conforma con lo que le ha tocado y que yo tengo que conformarme también.
        Hablamos las cosas una y otra vez, pero al final el día a día es el que es y nos supera. Más a mí,que ellos no le dan mil vueltas a las cosas. Y a mí me agota tener que decir las cosas mil veces…

    3. Saludfn muchas gracias por compartir tu historia! Ese maldito sentimiento de culpa que nos persigue y la carga que socialmente se asigna a la mujer es lo que tenemos que erradicar. El trabajo en casa es uno de los trabajos más agotadores y menos reconocidos, por eso hay que luchar por visibilizar el problema. Un abrazo!

    4. Gracias por compartir tu historia. Me has hecho llorar, es exactamente lo que me pasa.

  7. Margarita, estoy totalmente de acuerdo contigo. Debemos educar en la igualdad y el respeto. A ver si así conseguimos que en un futuro tengamos una sociedad más igualitaria, respetuosa con la mujer y que comprenda las necesidades de la familia.
    Muy buen post, gracias!

    1. Gracias Laura! Como decís, si no educamos en igualdad no podemos exigir que la sociedad cambie. Gracias!

  8. Contestado! la solución tal y como he contestado es educar desde el nacimiento en la igualdad. En que la familia es al 50%. Valores e igualdad, es la clave.
    Yo con mi chico no tengo problemas, nunca los ha habido, hasta que empezó en su nuevo trabajo y no entienden que sus hijas también le necesitan y el tema de la conciliación ni se lo plantean… muy triste todo “amijas”
    #yonorenuncio #éltampocoquiererenunciar

    1. La educación en casa es fundamental! Gracias por compartir con nosotras tu experiencia 😉

  9. El verdadero cambio lo conseguiremos con la educación de nuestros buenoshij@s!! Ese es nuestro valor añadido en esta lucha.

  10. Hay que seguir trabajando , que este tema deje de ser invisible y políticamente no tocado. No es un tema de madres, es un tema de mujeres, de cambiar mentalidades. Los hombres van sumando pero arañando segundos como pones en el post a la colaboración en casa, segundos!!! Cuantos años quedaran entonces para la igualdad? Y por el camino un montón de mujeres al borde de un ataque de nervios diario para no caerse de la cuerda floja en que se convierten nuestros días de trabajo-hijos-casa, donde aparcamos el “mujer-persona-yo-mis necesidades”.vamos a por ello

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