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La transición del colegio al instituto

La transición del colegio al instituto

En la vida de cualquier persona hay puntos de inflexión, momentos que posibilitan hacernos más conscientes de quiénes somos o de cómo es nuestra relación con el mundo. La fase de transición que viven los niños/as al cambiar el colegio por el instituto puede ser uno de esos momentos, no solo para los hijos, sino también para los padres puesto que coincide con un período lleno de retos en la vida de una persona: la adolescencia.

Lo primero es intentar no trasmitirle la incertidumbre que los padres puedan sentir ante esta etapa. Igual que los adolescentes tienen miedo o preocupación a lo que se van a encontrar fuera de la seguridad que les proporcionan los amigos, los profesores ya conocidos y el centro de siempre, a los padres también les asaltan sus fantasmas. Sobre todo cuando ellos mismos lo han podido pasar mal en esa misma época o tienen algún ejemplo cerca negativo en este sentido.

A los hijos se les debe trasmitir confianza en sí mismos y que tengan muy claro que sus padres estarán en todo momento cerca de él para ayudarle en lo que necesite. Vamos, la seguridad de que los problemas se irán resolviendo con la ayuda de la familia, todos juntos.

Todo lo que han aprendido antes de ese cambio, y lo que no, se pone en evidencia en este momento

  • ¿Ha adquirido con anterioridad unos buenos hábitos de estudio y llega a esta etapa con bastante autonomía? Estupendo. En este caso solo habrá que dejar que la misma dinámica de años anteriores se ponga en marcha y que la fuerza del hábito sea un aliado poderoso que consiga protegerle, por lo menos en parte, del fracaso escolar en una etapa, en principio, académicamente más dura.
  • Si no es así, no es tarde para ayudarle a crearlos, nunca lo es, pero será más costoso conseguirlo, sobre todo será difícil convencer a los que les es fácil pasar de curso y no ven sentido a esforzarse en crear nuevos hábitos cuando no les va mal en los estudios. A esta edad es normal que no se hayan planteado que esas rutinas las necesitará más adelante, tanto en el instituto como en cualquier empresa que emprendan que requiera esfuerzo a medio o largo plazo. Las necesitaran para no frustrarse y abandonar si algo no sale como él quisiera, cosa que ocurre con mucha frecuencia si esos hábitos de esfuerzo y constancia no están adquiridos.
  • La separación total o parcial de las amistades que se han creado en el colegio suele ser un problema para los niños con dificultades relacionales. Los niños tímidos lo pasan especialmente mal si el cambio conlleva separarse de sus amigos con los que ha compartido años juntos. Para evitar, llegado el momento, esta dificultad de entablar relación con otros niños que no conoce es importante proporcionarle experiencias donde pueda desarrollar esas habilidades, como las actividades extraescolares o de verano, donde tenga que desenvolverse en grupos nuevos. Y es que muchos problemas que puedan ocurrir en esta etapa puede paliarse antes si prestamos atención a la naturaleza de la personalidad del niño y los aspectos que se deben fomentar en él.
  • Con la llegada al instituto, poco a poco, va a desear tener más autonomía y, por lo tanto, las normas de casa deben también cambiar atendiendo a esa necesidad de independencia. Las relaciones familiares pueden complicarse si se niega esa realidad, al entrar en contradicción las normas existentes obsoletas, adecuadas para niños más pequeños, y las necesidades de quien llega a la adolescencia. En estas edades hay que volverse un experto en negociar y dialogar con ellos, llegando a acuerdos que sean razonables.
  • Los intereses también cambian, las relaciones entre chavales de su edad comienzan a tener un cariz distinto al volverse muy importantes, formando muchas veces grupos dentro de clase donde discutirán y pondrán a prueba todo lo visto anteriormente en cada casa buscando valores e ideas con las que irán forjando su identidad. Uno de los mejores mecanismos para conseguirlo que tiene el adolescente es discutir agriamente con los padres, rebatiendo todo lo que ellos dicen, aprendiendo formas de expresar lo que llevan dentro. Hay que ser paciente y entender que un adolescente que no discuta no es un adolescente y la necesidad que hay en ellos de buscar ese enfrentamiento tan necesario para su desarrollo.

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Forjar un camino con ellos antes de la llegada del instituto, la clave

Como he dicho antes, ir forjando un camino con ellos, años antes de entrar al instituto para conseguir que el cambio se realice con éxito es esencial.

  1. Parte importante de ese éxito radica en la confianza que un niño/a pueda tener en la posibilidad de contar todo lo que necesite contar a sus padres y, que éstos, le van a ayudar aunque no les guste lo que él le cuente.
  2. Hay que saber mantener una actitud de escucha activa hacia ellos ante cualquier tema que sea importante, transmitiéndoles el mensaje de que no van a perder el afecto de sus padres, aunque en ocasiones, sus actos tengan consecuencias. Así, en las situaciones en las que ellos se encuentren perdidos sabrán que siempre podrán contar con su familia, ya que, si no es así, buscaran ayuda en chavales de su edad que, lo más probable es que estén tan o más perdido que él.
  3. En esta época hay que estar atento a algunas amenazas que pueden aparecer en la vida el adolescente como el acoso escolar, los problemas de alimentación o la enfermedad mental, momento donde tiene su punto álgido, y conseguir que ante una preocupación sepan dónde acudir.

Antes de acabar el instituto…

Antes de terminar la etapa del instituto tendrán que ir tomando pequeñas decisiones que orientarán su elección académica futura. Muchos chavales que están terminando el instituto o cursan ya bachiller, o incluso ya están la universidad, cambian su elección académica por otra hasta que descubren qué les gusta realmente. En la mayoría de los casos que he visto en terapia, familias que viven como un fracaso ese cambio de preferencias cuando en realidad es una oportunidad de descubrir, a través de la práctica qué es lo que quieren, lo que les gusta. Creo que es muy importante tener esta visión de ensayo y error, proporcionándoles experiencias lo más variadas posibles para que puedan más adelante elegir en conciencia. No hay que tener miedo. En una inmensa mayoría de los casos los adolescentes superan esta etapa con éxito y mantienen valores, actitudes y formas de comportarse parecidas a la de los padres. Eso sí, volverán a pasarlas por su propio tamiz una y otra vez para asegurarse de que son suyas.

Y vosotras Malasmadres, ¿tenéis buenoshijos o buenahijas que comiencen ahora el instituto? Si tenéis dudas, Maribel os responderá abajo en los comentarios.

Han comentado...

  1. Hola Maribel
    Veo que este post es del año pasado y no se si me leerás.Tengo a mi hija de 12 años que empieza en el instituto. El hándicap es que nos hemos cambiado de ciudad y le hemos roto todos sus esquemas de insti planes con sus amigos y lo lleva fatal. Mañana empieza en el nuevo insti y no quiere ir. Es una niña muy insegura y temerosa a los cambios. Como puedo ayudarla ya que nos culpa y se encierra en si misma. Gracias

  2. Hola, Vero.

    Tu incertidumbre es comprensible y lógica ante esta período de la vida de tus hijos. Sé receptiva a la manera en la que te necesitan ahora, que es muy diferente a la manera en la que te demandaban en el pasado. En esta etapa necesitan a los adultos de una manera muy distinta que hay que aprender a comprender. Lo que tú dices en tu comentario es esencial: estar ahí y que no falle la comunicación.

    Gracias a ti, ánimo y un abrazo muy fuerte.

    Maribel

  3. Hola, Zul.

    Tenéis delante una disyuntiva: o aceptar el deseo de vuestro hijo de seguir con sus amigos de siempre en la nueva etapa que es el instituto o, por el contrario, hacer que asista a un centro donde no conoce a nadie. Es lógico que vuestro hijo quiera seguir el nuevo curso con sus amigos, sin embargo vosotros, desde una perspectiva más amplia que la suya, podéis vislumbrar que ir a un centro con compañeros nuevos puede traerle ventajas que repercutirán positivamente en su futuro a medio y/o largo plazo. No es una decisión fácil y hay que hilar fino teniendo en cuenta los pros y los contras de cada uno de los posibles escenarios.

    Para dilucidar sobre el asunto es muy útil hacerse preguntas relevantes al respecto: ¿es un niño sociable, que rápidamente es capaz de entablar amistad con niños que no conoce? O, por el contrario, ¿es un niño tímido que corre el riesgo de encontrarse aislado si no disfruta de la compañía de sus antiguos amigos? Estar con las mismas compañías, ¿puede repercutirle negativamente de una manera tan clara que el cambio se haga necesario? O, sin embargo, ¿veis pequeños asuntos que os gustaría que cambiaran si continúa con sus conocidos y que pueden resolverse a través del diálogo con profesores, padres y el propio niño?

    Contestar a estas preguntas puede acercaros a una respuesta satisfactoria al problema.

    Espero haberos ayudado.

    Un abrazo.

    Maribel

  4. Hola Maribel,

    Tengo dos hijos de 13 y 11 años y este verano me he dado cuenta que están creciendo, quizás más rápido de lo que me gustaría y ya no necesitan tanto de mí y de su padre.
    El mayor empieza el instituto ahora dónde no conoce a penas nadie pero es un chaval muy maduro y sociable. Confío que le vaya bien y sea la decisión más adecuada. No es un chico muy hablador y ahora está muy protestón.. Doy fe de que la adolescencia ha llegado y cuando sus hormonas y las mías coinciden.. en casa tenemos momentos “mágicos”.
    Procuro tomármelo con humor así como aprender lo más rápido posible a conducir por esta nueva carretera, sobretodo, tendiendo en cuenta que el otro está “en puertas” y que todo lo aprende dos años antes..
    Me asustan los cambios que se puedan producir en él tanto a nivel académico (de momento le ha ido muy bien pero vive de las rentas) y personal en el instituto pero entiendo que no me queda otra que confiar y seguir intentando “estar ahí” y hacérselo ver para que no falle la comunicación.

    Mucho ánimo a todas y fuerza para este nuevo curso. Y a tí, Maribel, gracias por leernos y aconsejarnos.

    Un abrazo,
    Verónica.

  5. Mi hija de 13 años este año experimenta una bofetada de realidad,probablemente por su falta de madurez,son muy pequeños,o porque el cambio la ha superado,pero repite primero de la ESO,y para ella está siendo una etapa muy dura.
    No es capaz de controlar sus reacciones, que la hacen explosionar con frecuencia,no se concentra porque no le gusta lo que estudia,tambien discute con sus amigas cada poco,es todo demasiado que pedir a estas edades, pero otros lo consiguen…estoy tan preocupada…como puedo ayudarla?

  6. Buenos días, gracias por el post! Mi mayor empieza mañana mismo en un instituto en el que no conoce a nadie. Todos sus compañeros van a otro, y nos han dicho que es probable que en un par de días nos llamen de ese porque haya vacantes. El caso es que el instituto en el que ha entrado nos gusta más a los padres e incluso a su maestra de los últimos años, pensamos que le vendrá bien alejarse un poco de ciertos clichés asumidos y empezar de nuevo, pero por otra parte, el niño quiere ir con sus compañeros… no sabemos si dejarle la decisión a él o tomarla nosotros. Empieza una etapa llena de incertidumbre, me temo. Qué difícil encontrar el equilibrio entre lo que pensamos que es mejor para él y fomentar su autonomía y su personalidad. Tendrá que empezar a equivocarse solo, aunque nos pese? Un saludo

  7. Buenos días!!

    Tengo dos hijos, 9 y 12 años, y ayer precisamente pensaba en cómo ha crecido mi hijo mayor y en los cambios que eso supone para todos en la familia. Ha empezado a ir solo al instituto y a los entrenamientos y eso hace que muchas veces vaya a los sitios sola con el pequeño.

    La extraña sensación que me acompaña es que ahora tengo un hijo pero con la preocupación que supone tener dos y aumentada ya que ese independencia del mayor también supone más peligros y más miedos. Miedos que, por supuesto, no quiero trasladarle a él.

    Es una etapa muy intensa emocionalmente y en la que aprendemos mucho tanto padres como hijos. Quiero disfrutarla y para eso también tengo que hacer un trabajo personal importante. Y hay momentos que a pesar de mi formación, psicologa y coach, necesito ayuda.

    Me gustaría animar a todas las madres y padres que están en este momento de su vida a que se paren y respiren. Que se acuerden de su propia adolescencia, que escuchen mucho a sus hijos (tanto lo que dicen como lo que no), que conversen con ellos, que dediquen tiempo a llegar a acuerdos con ellos y que si necesitan pedir ayuda la pidan sin dudarlo.

    Muchas gracias Maribel por tu artículo.

    Un saludo,

    Raquel.
    https://www.instagram.com/raquel.reguero/

    1. Gracias a ti, Raquel.

      Me encanta lo que dices de disfrutar esta etapa. Ojalá muchas madres y padres tengan también un espacio para ver este período desde el disfrute y el aprendizaje conjunto con sus hijos.

      Un abrazo.

  8. Buenas pues yo tengo dos hijos una de 18 y otro de 14. La de 18 empieza la universidad, tiene un carácter muy fuerte,siempre malas Contestación, malas caras…. Y tooodo lo hacemos mal!!!!
    Se pasa el día encerrada en su cuarto con el ordenador y la musi a y solo sale para comer y cuando se va con sus amigas….
    En tema estudios siempre ha ido bien, lo sa a sin problemas…
    El de 14 era diferente…. Ahora ya no tanto…
    Supongo q tiene de ejemplo a su hermana y ya contesta como ella…. Él es un niño influenciable(y ella lo sabe y se aprovecha de las circunstancias…)para él su hermana actúa bien pero no es así….Creo q ella tiene celos pq aveces los consejos que le da no son para nada acertados y ella sabe que q le va a hacer más caso a ella que a nosotros…. Y me duele que sea así…. Pq su hermano le pide consejo para todo….
    Mi hijo tiene un déficit de atencion y siempre hemos estado muy pendiente de él y ahora ya no quiere q le controlemos tanto…. Tb cosa de su hermana….
    En fin…… Para nosotros la peor etapa!!!
    Donde están mis niños?????

    1. Hola, Nati.

      La frase: “¿donde están mis niños?” con la que terminas tu comentario de post la he escuchado muchas veces. En ocasiones, en la etapa adolescente, cambian tanto con respecto a cuando son más pequeños que parecen unos desconocidos. Tu hijo está imitando a su hermana y tomándola como ejemplo de conducta, ya que es la adolescente que tiene más cerca. En este caso hay que estar receptivo y abierto a las situaciones en las que tu hijo quiera hablar con vosotros y pediros consejo y ayuda. Comentaba en mi post que es esencial saber escuchar, tomarse sus problemas en serio e intentar guiarles de la mejor manera posible, evitando dar órdenes o mandatos sobre las decisiones vitales que tienen que ir tomando. Ya que cuanto más inflexibles suelen ponerse los adultos, más en contra van ellos por la tendencia natural del adolescente a autoafirmarse. En una tarea complicada pero hay que ganarse la confianza del adolescente para que se deje acompañar todo lo posible por el adulto que suele tener más claves para descifrar su presente y guiarle en su futuro.

      Mucho ánimo y un abrazo.

  9. Buenos días Maribel. Yi tengo una duda. Mi hijo se encuentra en esta etapa de transición. Comienza esta semana el instituto. Es un niño tímido, que le cuesta relacionarse con nueva gente, y que el cambio no le motiva por el hecho de no continuar en su espacio habitual, profesores, compañeros…. Le damos muchísima confianza para que nos cuente todo, inquietudes, miedos, pero a la vez es reservado, tienes que ir preguntando para que te cuente….y cuando lo hace, te cuenta con alegría, sin desgana, vamos….que no es por ocultar…
    Pero te he leído que un adolescentes tiene que contestar a los padres, o estar en desacuerdo, sino no es un adolescente…. puedo asegurarte quei hijo no me contesta, y aunque esto me ha facilitado mucho el dia a día en estos 12 años, me preocupa su conformismo, o su falta de criterio propio….me asusta que no sepa decir que no ante sus iguales, que se deje arrastrar por el resto por falta de opinión. Es cierto que es un niño muy niño todavía, quiero decir, que no ha hecho el cambio físico, que no va adelantado a su edad vamos…pero eso me preocupa. Yo hablo mucho con él y siempre le digo que hay cosas que los compañeros harán,y que él, aunque se quede sólo, es mejor no hacerlas. No sé, es complicado y tengo miles de dudas de si ese hijo tan bueno cuando ha sido pequeño le va a perjudicar en ka adolescencia. Gracias por escucharme

    1. Hola, Pilar.

      Sacas a colación un tema realmente importante en esta etapa concreta de la vida de un niño: su habilidad para decir que no. En situaciones donde hay discrepancias con los demás, sobre cualquier asunto que se le pueda presentar, esta habilidad es fundamental ya que le protege de situaciones de posible riesgo. Para que un niño, o un adolescente, sea capaz de negarse a hacer cosas que no quiere hacer, a pesar de que su grupo de amigos presione en la otra dirección, tiene que ser capaz de poder hacerlo en todos los contextos. Es decir, es importante que practique esta habilidad primeramente dentro del hogar y que se le refuerce por ello para que experimente como algo normal poder hacerlo fuera. Me refiero a situaciones donde pueda expresar su discrepancias con el adulto de manera tranquila y razonada y que el adulto pueda respetar y fortalecer estas respuestas donde se vaya construyendo el criterio propio.

      Es posible que tu hijo, como tú bien dices, aún sea un niño que no haya llegado a la etapa adolescente. Incluso parece que aún o ha dado muestras de cambios físicos claros, que son los primeros que se experimentan y, por eso, las típicas peleas de adolescentes con los padres no se hayan dado. Pero, incluso a edades más tempranas, desde que el niño tiene uno de lenguaje, puede y debe expresar adecuadamente su desacuerdo o su opinión divergente en situaciones cotidianas, tal y cómo hacemos los adultos. Por ejemplo, preferencias en el vestir o en la organización del día a día. Otro asunto diferente en que todas sus negativas sean aceptadas o sea su opinión la que prevalezca.Si se fortalece desde el hogar la capacidad para decir que no de manera adecuada se le protegerá cuando se encuentre fuera, en el momento en que la presión del grupo de amigos sea acuciante y esta habilidad sea mucho más difícil ponerla en práctica.

      Un abrazo, Pilar.

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