Hola Malasmadres y a cualquiera que se haya decidido a leerme en este momento: lo primero de todo es presentarme, quien escribe estas líneas es Miriam, Malamadre de pro que tiene una buenahija de 8maravillosa a la par que intensa de 8 años y un buenhijo de 4 que vino a este mundo para cambiarlo todo, para enseñarme que la vida no es sólo blanco y negro.
Mi pequeño terremoto, es autista en grado 1, pero hoy no estoy aquí para hablaros de su condición, sino para visibilizar algo que quizás muchas veces se queda en el olvido o en la desidia de saber que luchamos contra gigantes contra los que tenemos la batalla perdida.
Y en este caso os hablo sobre la inclusión real, educación y atención a la diversidad que nos venden en tantos centros como una realidad y continúa siendo una utopía.
Bajo mi punto de vista, lo primero que no tendríamos que plantear todas las familias que tenemos hijos e hijas en edad escolar es… ¿Realmente hay una educación inclusiva y de calidad?¿Realmente se cubren todas las necesidades de todos los niños y niñas? Mi respuesta es clara, NO.
Muchos niños y niñas, pocos docentes especializados, pocas horas y una ratio que cada vez es más exigente a la hora de dar a nuestros hijos e hijas esa educación de calidad que tanto nos venden.
Y llegados aquí, considero que hay 2 puntos clave. Por un lado las familias, ¿Realmente somos conscientes que la falta de medios en atención a la diversidad es algo que nos afecta a todos sin discriminación?
Mi ejemplo puede ser un claro espejo para lo que considero que está sucediendo en las aulas.
Buenhijo de 3, neurodivergente y con necesidad de apoyos, los cuales se ven limitados por lo que por un lado uno de los 2 progenitores nos vemos obligados a renunciar por si surge cualquier problema con él. Desde algo tan sencillo como un cambio de pañal hasta una crisis donde se encuentre totalmente desregulado, para poder estar, para él y para el centro, que desde luego y en absoluto son culpables de este despropósito. Esto lo quiero dejar muy claro, los docentes se dejan la piel en la medida de sus posibilidades.
Por otro lado, buenahija , neurotípica, sin necesidad de apoyos pero que tampoco está teniendo esa educación de calidad ya que el tutor/a de turno tiene que dividirse y poder dar apoyo a esos niños que requieren de más atención ya que en el aula está solo/a y no tiene ningún apoyo para que pueda atender a todos/as como se merecen.
Ahora, vuelvo a lanzar la pregunta ¿Realmente una educación inclusiva y de calidad es cosa de unos pocos?
Y por otro lado, el sistema educativo que claramente no está preparado para atender todas estas dificultades. Mi opinión es que nuestros hijos e hijas no salen rentables ni al gobierno, autonomías ni organismos competentes en la materia.
Y desde luego en mi caso, tengo que sentirme afortunada porque mi hijo empieza el colegio entrando por “la puerta grande” ya que tiene un diagnostico con su discapacidad correspondiente, pero ¿qué sucede con todos estos niños y niñas que van con la etiqueta de “retraso madurativo”? O esos niños y niñas que detectan en la etapa de infantil que existe cualquier tipo de problema? Desde que se detecta hasta que se puede hacer un informe puede pasar hasta un curso entero sin recibir los apoyos correspondientes con el daño que puede suponer en la evolución de este niño o niña a nivel de desarrollo o curricular.
La realidad es la siguiente (estos datos son obtenidos de la rueda de prensa de CONFACAPAL – Confederación de Ampas de CYL con fecha 28/06/23):
El programa 2030 no se ha vuelto a convocar, hay centros que pudieron iniciar proyectos muy importantes y acertados que ya no pueden continuar y los proyectos de autonomía no les dan la libertad necesaria ya que marcan las pautas de un modo muy cerrado.
No hay una apuesta real por crear un sistema de Atención a la diversidad, la prueba de ello y lo que más daño hace a nuestros hijos e hijas es la falta de profesorado y que esta plantilla sea estable. Estamos hablando de niños y de niñas que en el entorno escolar necesitan una figura de referencia aparte de sus tutores y ven como cada año los apoyos y las intervenciones son un maestro/a diferente con todo el perjuicio que ello supone a la hora de tener una continuidad en un plan de trabajo con ellos.
Los perfiles de alumnado a la hora de recibir apoyos es cada vez más específico por lo que muchos alumnos y alumnas se quedan fuera teniendo que cubrir el profesorado, que tiene que formarse a marchas forzadas y muchas veces por su cuenta dichas carencias.
Y nosotros…las familias… ¿Qué podemos hacer por todo esto?
La respuesta es clara, UNIRNOS . ¿Cómo? Desde las AMPAS de cada centro, desde las Federaciones haciendo ruido y dando la voz que nuestros hijos e hijas necesitan. Gracias a que la AMPA de mi centro y a la Federación (FAPAVA) apostó por la Atención a la Diversidad, he podido llegar aquí hoy.
Por eso, desde este pequeño espacio, os invito a que participéis en esta recogida de firmas dónde una maestra ha tenido el valor de denunciar algo que también tendríamos que hacer las familias:
Esto sólo es el inicio del camino, quién sabe, si quizás en un futuro no muy lejano podamos hacer un movimiento para dar a nuestros hijos e hijas aquello que les corresponde.
Fdo: una Malamadre agradecida a la vida por haberme dado la oportunidad de conocer otra realidad, diferente, dura pero maravillosa. Juntas siempre somos más fuertes.