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Consultorio con Olga Marín: desafíos e insultos del buenhijo

Consultorio con Olga Marín: desafíos e insultos del buenhijo

Hoy retomamos el consultorio con nuestra colaboradora Olga Marín con la consulta de una malamadre que bien podríamos haber hecho cualquiera de nosotras. Qué complicado es esto de la maternidad y qué difícil gestionar las rabietas de los buenoshijos cuando llevan consigo enfados monumentales, desafíos contínuos e insultos. De cómo hacer frente a este vendaval nos habla hoy Olga.

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Podéis seguirla en  @mam_om y en su BLOG.

CONSULTA:

¡Hola,buenos días Olga!

Mi problema, es que ya no sé qué hacer con mi niña de 4 años… ¡Ahora le ha dado por llorar por todo a la vez que se enfada, nos desafía constantemente y nos insulta! Siempre ha sido una niña muy inquieta, pero hasta ahora la íbamos controlando… Ella es la que quiere mandar y aunque la castiguemos o la pongamos a pensar, dice que no se pone y punto. No sé qué estaremos haciendo mal, pero esto es desesperante. Si puedes ayudarnos, te lo agradecería enormemente.
Muchas gracias.

RESPUESTA:

Pues vamos a ver si puedo ayudarte con algunos consejos.

Dices que tu hija se enfada, os desafía y os insulta. Verás, no pasa nada porque tu hija de enfade, ni tampoco porque os desafíe. Tiene todo el derecho del mundo a estar enfadada cuando algo no le sale, o cuando le decís que no a algo que quiere. Esto es normal en los niños tan pequeños. No podemos esperar que reaccionen como adultos, porque estaríamos teniendo unas expectativas poco realistas.

Tampoco es realista esperar que un niño no te desafíe. Contrariamente a lo que cree mucha gente, tu hijo no ha venido a este mundo a obedecerte. Tu hijo no es de tu propiedad ni tiene por qué hacer siempre lo que a ti te parece.

Lo que no es aceptable son los insultos ni el pegar. Ahí es donde toca poner los límites bien claros. “Estás enfadada porque blablá y no me gusta que me pegues ni me insultes. En esta familia no pegamos ni insultamos. Dímelo con las palabras”.

Entiendo que te pueda molestar que se enfade muy a menudo, pero digamos que tu trabajo es ir acompañándola en su enfado y entendiéndolo al tiempo que le pones los límites de forma amable y a la vez clara. Tiene que ir aprendiendo la tolerancia a la frustración, es decir, que no siempre va a tener lo que pide, que no siempre le va a salir todo como ella desea, que las cosas a veces te gustan y a veces no.

Lo que te aseguro que no sirve nunca son los castigos y el ponerla a pensar. A lo mejor te sirve muy en el corto plazo, pero te hace un flaco favor a medio plazo, sobre todo si tu hija tiene un temperamento fuerte.

Lo único que sirve con los hijos es negociar, hablar, escuchar y poner límites claros a aquellos comportamientos que te resulten inaceptables (pegar, insultar, tirar cosas…).

Es muy frecuente que nuestros hijos nos saquen de nuestras casillas y reaccionemos de formas que no deseamos. Para algunas mamás son los gritos; otras no gritan pero castigan; otras no gritan ni castigan, pero envían a pensar.

Y otras miran la situación, impotentes, y dejan pasar el chaparrón, hasta el siguiente, y el siguiente, y el siguiente, y así nos encontramos más tarde con un niño que no conoce los límites.

Así que resumiendo: hay que sostenerla en su enfado sin desbordarse y ponerle límites claros a lo que no es aceptable en tu familia. Es el único camino para irle dando herramientas de autocontrol y tolerancia a la frustración.

Si tu duda es cómo se hace eso, puedes consultar mi web, donde tienes algunos recursos que te van a servir seguro.

Espero que mi respuesta te sirva para ir investigando un poco más en esa línea.

Te envío un cálido abrazo.

Y para todas las malasmadres madrileñas os contamos que el próximo miércoles 11 de noviembre Olga estará en Madrid pasando consulta, tanto de coaching familiar como de terapia individual para mujeres. Aún le quedan algunas horas libres por la mañana y primera hora de la tarde. Si quieres trabajar con ella cara a cara, envíale un mail a olga@mamaom.es y cuadráis agendas.

Han comentado...

  1. Gracias por tus consejos Olga. A mi el rincón de pensar me gusta mucho! Tanto q mi hijo ya dice el sólo…me voy al rincón de pensar. Aunque reconozco q al principio servia y ahora no.. También entiendo q los niños cambian, así q lo qa veces te funcionó, putas no, pero GRACIAS X SER TAN ARRIBA EN TU POST. Ni se pega ni se insulta. Es muy bueno! Por cierto, es el 11 de noviembre, no? Pone octubre.;-)

  2. Gracias por tus consejos Olga. A mi el rincón de pensar me gusta mucho! Tanto q mi hijo ya dice el sólo…me voy al rincón de pensar. Aunque reconozco q al principio servia y ahora no.. También entiendo q los niños cambian, así q lo qa veces te funcionó, putas no, pero GRACIAS X SER TAN ARRIBA EN TU POST. Ni se pega ni se insulta. Es muy bueno! Por cierto, es el 11 de noviembre, no? Pone octubre.;-)

  3. Hola! Desde México cuento mi experiencia como Malamadre. Yo tuve a mi única buenahija (hasta ahora) a los 22 años y fui madre soltera, trabajando y terminando la universidad al mismo tiempo. Me ayudaban a cuidar a mi hija, mis padres y sus abuelos por parte de su papá; a veces también el papá ayudaba. Tantos cuidadores de pronto desorientaban a mi hija y su conducta a los 3 años, aunque nunca me hizo escenas ni berrinches en público. Sin embargo, en una ocasión en casa de mis padres hizo un berrinche por algo (que no recuerdo) y cuando le llamé la atención, mis papás intervinieron no sólo a su favor sino además regañandome a mí como hija y demeritando mi rol como madre. Eso me alarmó porque mi hija (que vió todo) ya estaba fuera de control. La tomé en brazos y me encerré con ella en un cuarto (ante el asombro y alarma de mis padres), me senté, la puse en mis piernas y le di DOS nalgadas, nada más. Y la sostuve en esa posición hasta que se calmó.. Y yo también. En ese momento, la abracé y le pedí perdón. Hablé con ella y le explique que yo era la única madre (buena o mala) que tenía y podía estar o no de acuerdo con ello pero eso no iba a cambiar y que más valía que nos lleváramos bien porque sólo estábamos ella y yo. Después, tocó hablar con los abuelos (de ambas partes) para ponernos de acuerdo en roles y reglas, para que la niña recibiera la misma formación sin importar dónde estuviera y respetando mis decisiones como madre. En ese proceso, mi propia madre me enseñó mucho y aprendí que los niños necesitan mucho amor pero también reglas firmes y que una sola persona no puede hacerlo todo. No puedes ser “juez y parte”, hay que apoyarse en alguien aunque no sea progenitor. Hoy mi hija tiene 11 años y nunca más le he vuelto a poner la mano encima. Ahora tenemos otros problemas (llegamos a la “aborrecencia”!!!) y vivimos con mi esposo, que me apoya en la crianza con el rol de “conciliador”. Pero ambas recordamos ese día donde se establecieron muy bien nuestros papeles en esta familia y creo que vamos por buen camino.

  4. Hola! Desde México cuento mi experiencia como Malamadre. Yo tuve a mi única buenahija (hasta ahora) a los 22 años y fui madre soltera, trabajando y terminando la universidad al mismo tiempo. Me ayudaban a cuidar a mi hija, mis padres y sus abuelos por parte de su papá; a veces también el papá ayudaba. Tantos cuidadores de pronto desorientaban a mi hija y su conducta a los 3 años, aunque nunca me hizo escenas ni berrinches en público. Sin embargo, en una ocasión en casa de mis padres hizo un berrinche por algo (que no recuerdo) y cuando le llamé la atención, mis papás intervinieron no sólo a su favor sino además regañandome a mí como hija y demeritando mi rol como madre. Eso me alarmó porque mi hija (que vió todo) ya estaba fuera de control. La tomé en brazos y me encerré con ella en un cuarto (ante el asombro y alarma de mis padres), me senté, la puse en mis piernas y le di DOS nalgadas, nada más. Y la sostuve en esa posición hasta que se calmó.. Y yo también. En ese momento, la abracé y le pedí perdón. Hablé con ella y le explique que yo era la única madre (buena o mala) que tenía y podía estar o no de acuerdo con ello pero eso no iba a cambiar y que más valía que nos lleváramos bien porque sólo estábamos ella y yo. Después, tocó hablar con los abuelos (de ambas partes) para ponernos de acuerdo en roles y reglas, para que la niña recibiera la misma formación sin importar dónde estuviera y respetando mis decisiones como madre. En ese proceso, mi propia madre me enseñó mucho y aprendí que los niños necesitan mucho amor pero también reglas firmes y que una sola persona no puede hacerlo todo. No puedes ser “juez y parte”, hay que apoyarse en alguien aunque no sea progenitor. Hoy mi hija tiene 11 años y nunca más le he vuelto a poner la mano encima. Ahora tenemos otros problemas (llegamos a la “aborrecencia”!!!) y vivimos con mi esposo, que me apoya en la crianza con el rol de “conciliador”. Pero ambas recordamos ese día donde se establecieron muy bien nuestros papeles en esta familia y creo que vamos por buen camino.

  5. Me gusto’ mucho el expediente de la mama’ del colegio…me lo voy a acordar para el futuro. La bunehija de dos anos no pega ni insulta, pero si desafia y tira las cosas al suelo. Lo único que funciona con ella es la mala mirada, es decir, mirarla fija y decirle que no se hace.

    Suerte!

  6. Me gusto’ mucho el expediente de la mama’ del colegio…me lo voy a acordar para el futuro. La bunehija de dos anos no pega ni insulta, pero si desafia y tira las cosas al suelo. Lo único que funciona con ella es la mala mirada, es decir, mirarla fija y decirle que no se hace.

    Suerte!

  7. Hola Olga, me han llamado mucho la atención varías ideas: que los hijos tienen todo el derecho a enfadarse y desafiarnos porque ni son de nuestra propiedad ni han venido al mundo a complacernos. Muy cierto, pero se nos olvida más a menudo de lo que debería, por lo menos a mi…. Voy a intentar tenerlo más presente porque estoy segura que me va a ayudar bastante ver algunas situaciones desde esa perspectiva.

    1. ¡Seguro que te ayuda!
      Si pensásemos en los niños como ciudadanos de primera, y no de segunda, que es como los tratamos a menudo, las cosas con ellos nos irían mucho mejor.
      Un abrazo!

  8. Hola Olga, me han llamado mucho la atención varías ideas: que los hijos tienen todo el derecho a enfadarse y desafiarnos porque ni son de nuestra propiedad ni han venido al mundo a complacernos. Muy cierto, pero se nos olvida más a menudo de lo que debería, por lo menos a mi…. Voy a intentar tenerlo más presente porque estoy segura que me va a ayudar bastante ver algunas situaciones desde esa perspectiva.

    1. ¡Seguro que te ayuda!
      Si pensásemos en los niños como ciudadanos de primera, y no de segunda, que es como los tratamos a menudo, las cosas con ellos nos irían mucho mejor.
      Un abrazo!

  9. Pues mi buenahija1 empezó a pegar a sus amiguitos antes de los 2 años y no paró hasta los 5. Se lo decía a buenas, a malas, se lo explicaba por activa, por pasiva, y JAMÁS LE PEGUÉ!! Le apartaba de los juegos, le sentaba en un rincón, le echaba el sermón… DABA IGUAL!!! Lo recuerdo como algo muy angustioso. Cuando explotaba y los nervios le podían, pegaba, o tiraba del pelo, o empujaba o mordía!!

    Con la buenahija2, que acaba de empezar a soltar guantazos, he tirado por la vía del medio, mal que os pese a muchas. Nunca le pego, sólo si ella pega a alguien y si me pega a mi, se la devuelvo. Le doy un azote porque no estoy dispuesta a pasarme 3 años sermoneándole para que me tome por el pito del sereno como su hermana. Para que vea que si pega, le pegan. Y punto.

    1. Tranquila, todo eso de dialogar y razonar está muy bien cuando los niños tienen un poco de conocimiento. Pero cuando te enfrentas a pataletas, insultos, que peguen o berrinches injustificados de niños de 3 años hay que cortarlos de raíz. Puede ser con un azote o soltándoles la ducha de agua fría… mano de santo.
      Un poco más de contundencia y a lo mejor no nos encontraríamos con las bestezuelas impertinentes y maleducadas que vemos todos los días.

  10. A mi me ocurre exactamente lo mismo sólo q con dos años. Y aquí vamos estableciendo limites, la disciplina conciente,me repito 4500 veces q la amo y sólo es una etapa , me doy vuelta para no gritarle y pues un día a la vez

  11. A mi me ocurre exactamente lo mismo sólo q con dos años. Y aquí vamos estableciendo limites, la disciplina conciente,me repito 4500 veces q la amo y sólo es una etapa , me doy vuelta para no gritarle y pues un día a la vez

  12. Me parece muy correcta la respuesta, pero a veces las cosas son mas complicadas de lo que parece. En nuestro caso, con los años hemos constatado que nuestro hijo1 tiene TDHA, por lo que todos los métodos tradicionales sirven de poco y hay que pasar a otras fórmulas y alternativas. Durante muchos años nos hemos vuelto locos pensando por qué el niño no reaccionaba ante formulas generales, y es que él no es general. Así que, si eso no funciona hay que consultar con un profesional.

  13. Me parece muy correcta la respuesta, pero a veces las cosas son mas complicadas de lo que parece. En nuestro caso, con los años hemos constatado que nuestro hijo1 tiene TDHA, por lo que todos los métodos tradicionales sirven de poco y hay que pasar a otras fórmulas y alternativas. Durante muchos años nos hemos vuelto locos pensando por qué el niño no reaccionaba ante formulas generales, y es que él no es general. Así que, si eso no funciona hay que consultar con un profesional.

  14. Genial el post! Gracias!
    Os voy a contar una anécdota:
    Una mañana mis hermanos (4 pequeños en aquellas con edades comprendidas entre los 4 y los 7 años) se despertaron llorando y diciendo que no querían ir al cole. Montaron una bien bonita con llantos, gritos, tirarse al suelo, etc.. Era de las primeras veces que lo hacían de forma tan escandalosa. Mi madre no grito, ni se enfadó, intento explicarles lo importante de ir al cole, y que era su “trabajo” como el trabajo de Papa era ir a la oficina. Siguieron con el berrinche y mi madre les dejo quedarse en casa, para sorpresa de toda la familia y mi padre decidió quedarse también y no ir a trabajar. Pasaron la mañana jugando en su cuarto en pijama, mi madre nos les pidió que se vistieran ni que arreglaran sus habitaciones. A la hora de comer se acercaron a la cocina a preguntar que había de comer y.. Sorpresa! Mi madre no había cocinado nada y la despensa y nevera estaban totalmente vacías! No había ni una miga de pan a la vista.
    Empezaron a llorar diciendo que tenían hambre y mi madre muy tranquilamente les explico que como ellos no quisieron cumplir sus obligaciones, que es ir al colegio temprano, pues papa tampoco quiso cumplir las suyas, que él también se quiso quedar, y si Papa no va a trabajar, no hay dinero para comer, así que ese día como querían descansar, pues bien.. pero entonces no había nada para comer. Aparte pues Mama tampoco tenía que hacer su trabajo que es cocinar, ya que si nadie en casa quería cumplir sus obligaciones, ella tampoco. Les dijo “Ala iros a jugar que así os olvidáis de que tenéis hambre, a mi dejarme descansar que hoy en esta casa nadie trabaja”
    Se quedaron callados y sorprendidos.. pero lo mejor fue que al ratito vinieron los cuatro al salón, incluida la pequeña, vestidos y arreglados pidiendo que los lleváramos al colegio y que por favor Papa fuera a trabajar.
    Nunca lo olvidare, mi madre les dio una buena lección de las consecuencias de su berrinche. Nunca más tuvieron problemas para ir al colegio de mañana (quitando las típicas pegas de tengo sueno, blablabla).
    Espero que os sirva!

      1. si, mi madre siempre ha sido mas de lecciones que de gritos y castigos. Todo tiene consecuencias y así nos ha educado. Como ella decia no tenia tiempo para discutir o enfadarse, somos 6 hermanos y tiempo nunca le ha sobrado a mi madre. Lo divertido de la situación fue ver a mi madre escondiendo toda la comida en mi cuarto ya que mis hermanos jamas entraban en el jajajaja

  15. Genial el post! Gracias!
    Os voy a contar una anécdota:
    Una mañana mis hermanos (4 pequeños en aquellas con edades comprendidas entre los 4 y los 7 años) se despertaron llorando y diciendo que no querían ir al cole. Montaron una bien bonita con llantos, gritos, tirarse al suelo, etc.. Era de las primeras veces que lo hacían de forma tan escandalosa. Mi madre no grito, ni se enfadó, intento explicarles lo importante de ir al cole, y que era su “trabajo” como el trabajo de Papa era ir a la oficina. Siguieron con el berrinche y mi madre les dejo quedarse en casa, para sorpresa de toda la familia y mi padre decidió quedarse también y no ir a trabajar. Pasaron la mañana jugando en su cuarto en pijama, mi madre nos les pidió que se vistieran ni que arreglaran sus habitaciones. A la hora de comer se acercaron a la cocina a preguntar que había de comer y.. Sorpresa! Mi madre no había cocinado nada y la despensa y nevera estaban totalmente vacías! No había ni una miga de pan a la vista.
    Empezaron a llorar diciendo que tenían hambre y mi madre muy tranquilamente les explico que como ellos no quisieron cumplir sus obligaciones, que es ir al colegio temprano, pues papa tampoco quiso cumplir las suyas, que él también se quiso quedar, y si Papa no va a trabajar, no hay dinero para comer, así que ese día como querían descansar, pues bien.. pero entonces no había nada para comer. Aparte pues Mama tampoco tenía que hacer su trabajo que es cocinar, ya que si nadie en casa quería cumplir sus obligaciones, ella tampoco. Les dijo “Ala iros a jugar que así os olvidáis de que tenéis hambre, a mi dejarme descansar que hoy en esta casa nadie trabaja”
    Se quedaron callados y sorprendidos.. pero lo mejor fue que al ratito vinieron los cuatro al salón, incluida la pequeña, vestidos y arreglados pidiendo que los lleváramos al colegio y que por favor Papa fuera a trabajar.
    Nunca lo olvidare, mi madre les dio una buena lección de las consecuencias de su berrinche. Nunca más tuvieron problemas para ir al colegio de mañana (quitando las típicas pegas de tengo sueno, blablabla).
    Espero que os sirva!

      1. si, mi madre siempre ha sido mas de lecciones que de gritos y castigos. Todo tiene consecuencias y así nos ha educado. Como ella decia no tenia tiempo para discutir o enfadarse, somos 6 hermanos y tiempo nunca le ha sobrado a mi madre. Lo divertido de la situación fue ver a mi madre escondiendo toda la comida en mi cuarto ya que mis hermanos jamas entraban en el jajajaja

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