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Cómo será el escenario laboral tras el confinamiento

Cómo será el escenario laboral tras el confinamiento

Ante la pandemia que nos está azotando y la crisis económica que ésta nos ha dejado, no podemos evitar hacernos preguntas sobre el futuro que nos espera a corto-medio plazo. Lamentablemente, la mayoría de cuestiones no tienen una respuesta firme, sin embargo, los expertos y expertas sociales ya están definiendo posibles escenarios que orientan a tomar medidas y encontrar el antídoto contra este virus laboral.  Algunos análisis son más optimistas que otros, pero lo que tenemos claro es que no llevarnos ningún aprendizaje de lo vivido sería un grave error.

Las cifras que se están analizando permiten prever que el escenario laboral y la crisis económica se mantendrá después del confinamiento, pero la preocupación recae en el “hasta cuando”.

  • ¿Podrán las empresas absorber el empleo que se ha suspendido temporalmente una vez finalice el confinamiento?
  • ¿Podrán los autónomos y autónomas recuperar su actividad?
  • ¿Cambiarán las condiciones laborales?
  • ¿Se tendrán en cuenta las necesidades de cuidado derivadas de la crisis y su impacto en la conciliación laboral y familiar?

Las preguntas que nos hacemos son infinitas y necesitamos poner orden dando respuesta a lo que, por ahora, podemos.

Para ello, hoy hemos querido contar con Joaquín Nieto, Director de la Oficina de la OIT para España, quién nos describe un diagnóstico sobre el mercado laboral actual y analiza las medidas que se requieren para poder salir reforzados de esta crisis.

Cómo será el escenario laboral tras el confinamiento

La situación actual está siendo muy complicada para el empleo. Cuando la situación de confinamiento empiece a remitir,¿qué secuelas laborales quedarán en el mercado de trabajo?

Efectivamente, la pandemia COVID-19 está provocando en todo el mundo una crisis económica y del empleo de consecuencias devastadoras: 1.600 millones de trabajadores de la economía informal se han quedado sin ingresos y 305 millones de trabajadores podrían perder su empleo.

La crisis económica y de empleo seguirá con toda su virulencia –nunca mejor dicho– cuando acabe la crisis sanitaria. La cuestión es si será duradera o no. Como se trata de una crisis económica de naturaleza diferente a la crisis anterior, la salida puede y debe ser diferente.

La salida puede ser ordenada y el empleo recuperado si se articulan medidas extraordinarias de protección del empleo y ayudas financieras a las empresas y autónomos que han visto caer dramáticamente sus ingresos y si se decide una inversión pública multimillonaria para la reconstrucción de la economía en términos de protección e inclusión social y de sostenibilidad ambiental.

¿Qué perfil es el que va a sufrir más esta crisis en términos laborales a medio-largo plazo?

En España, la deficiente calidad del empleo, con un exceso de trabajo temporal y a tiempo parcial, hace que el impacto sobre el empleo del cese de actividad económica y comercial que conlleva el confinamiento sea mayor. También el empleo recibirá un impacto mayor por la debilidad de su modelo productivo, demasiado dependiente de actividades tan afectadas como el turismo. Además, el debilitamiento de los sistemas públicos de salud y de protección social –unos ocho puntos por debajo de los países de su entorno– que se produjo por las políticas de austeridad extrema aplicadas con ocasión de la pasada crisis, han debilitado también la capacidad de resiliencia.

La OIT aprecia el importante abanico de medidas gubernamentales, económicas, fiscales y sociales adoptadas en favor de las empresas, de los autónomos y de los trabajadores afectados por el cese de actividad, así como de las personas más vulnerables. En la fase del desconfinamiento o desescalada tales medidas deberán seguir, especialmente los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, que han cubierto a medio millón de empresas y 4 millones de trabajadores, evitando los despidos masivos y que deberían continuar todavía el tiempo necesario para evitar el cierre y los despidos en empresas que serán viable, pero que ahora están sufriendo las consecuencias temporales del cese de la actividad económica y comercial.

En cuanto a la reconstrucción, hay ciertas cuestiones básicas que serán claves. La financiación es una de ellas.  En el caso de Europa, al menos los países que comparten moneda, es decir los países de la Eurozona, no pueden hacerlo país por país porque carecen de capacidades en políticas monetarias, por lo que tendrán que realizar una políticas común de financiación, preferentemente mutualizada. Si no es así, será imposible financiar la reconstrucción, especialmente para los países de la periferia sur del euro, que incluyen dos de los más afectados por la pandemia COVID-19 como son Italia y España, que representan la tercera y cuarta economía de la Unión Europea. Si Europa no logra superar este desafío, es el propio devenir de la UE lo que está en juego, con las consecuencias económicas, sociales y políticas que tendría la implosión institucional de la Europa comunitaria.

También importa –y mucho– la orientación de dichas inversiones para la reconstrucción, que deben atender algunas de las lecciones más evidentes de la pandemia, como son la necesidad de poner fin al debilitamiento de los llamados Estados de bienestar y contar con sistemas públicos de salud y de protección social y una nueva política en relación con los cuidados con capacidad de afrontar las situaciones de emergencia.

La financiación extraordinaria para la reconstrucción es también una oportunidad para ir a un modelo productivo socialmente más inclusivo, bajo en carbono y ambientalmente más sostenible. Es decir para financiar una transición energética justa contempladas en el Green New Deal, o Acuerdo Verde Europeo, sobre el que hay una gran consenso en la Comisión Europea. Esta es una oportunidad de financiar este acuerdo, en la línea demandada  por los ministros de una docenas de países, entre ellos la Vicepresidenta española, Teresa Ribera, decenas de europarlamentarios, los sindicatos europeos y una treintena de dirigentes empresariales… Se trata de ir a una sociedad menos hiper-globalizada, más inclusiva y más protectora de la salud, del empleo y del medio ambiente.

Cómo será el escenario laboral tras el confinamiento

¿Hay alguna esperanza en la transformación de las relaciones laborales?

En lo que se refiere a la gestión de la crisis en sus primeras fases España, la OIT aprecia el importante abanico de medidas económicas, fiscales y sociales adoptadas en favor de las empresas, de los autónomos y de los trabajadores afectados por el cese de actividad, así como de las personas más vulnerables, porque han evitado la pérdida definitiva de millones de empleos y han paliado las pérdidas de ingresos. Valoramos, asimismo, el rol que ha desempeñado el diálogo social tripartito entre el Gobierno, los sindicatos CCOO y UGT, y las organizaciones empresariales CEOE y CEPYME –que se han venido reuniendo telemáticamente de forma periódica– en la formulación de esas medidas. Medidas que en su mayoría han sido además adoptadas por acuerdo.

Las personas que más gravemente se han visto afectadas por esta crisis son aquellas que estaban en una mayor posición de vulnerabilidad,  en trabajos a tiempo parcial, trabajos temporales, en economía informal, sector doméstico. Las medidas a adoptar en la fase de desconfinamiento deben estar dirigidas a mejorar la calidad del empleo como fórmula para consolidar la recuperación y asegurar una mayor resilencia social a posibles nuevas crisis.

Según nuestra encuesta ‘Esto No es Conciliar’ el 43% de las mujeres encuestadas respondieron que la facilitación del teletrabajo mejorará y el 21% cree que se flexibilizarán los horarios laborales? ¿Cómo veis la evolución de la flexibilización espacial y temporal?

Efectivamente, probablemente, dos de las lecciones más inmediatas relacionadas con la organización del trabajo en está siendo, por una parte, la importancia de avanzar en la digitalización en todos los sectores y tamaños de negocio, y por otra parte, la importancia y la posibilidad de la flexibilización de la jornada de trabajo en horarios y modalidades de teletrabajo que faciliten la corresponsabilidad y la conciliación. Si ello está siendo posible estas semanas con cuidados de menores y dependientes a tiempo completo, más lógico sería que se mantuviera y extendiera cuando se recupere plenamente la nueva normalidad.

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Hace un año os entrevistamos para analizar la brecha de género en las empresas, ¿creéis que esta crisis va a impactar de alguna manera en la desigualdad de género en las empresas? ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Es prematuro diagnosticar como la pandemia COVID-19 va a afectar las brechas de género en el trabajo. Pero es una dimensión a la que prestar atención para que estas brechas no se amplíen. Las obligaciones sobrevenidas de cuidado, por el hecho de que los menores no puedan ir a las escuelas o las personas mayores tengan los centros de día cerrados, podrían recaer principalmente en las mujeres, siendo las que se ven presionadas a optar por reducciones de jornada o incluso a renunciar a su trabajo cuando no es posible el teletrabajo.  Lo que, efectivamente, podría suponer un retroceso en los lentos pero significativos avances conseguidos en los últimos años para reducir las brechas laborales de género.

Pero para avanzar hacia una sociedad responsable en materia de cuidados, será necesario acabar con las desigualdades y brechas de género que se producen en los cuidados, tanto remunerados como no remunerados. La OIT llama a los países miembros a ratificar el ‘Convenio 189 para el trabajo decente de las trabajadoras y trabajadores domésticos’ que reconoce plenos derechos laborales para las empleadas del hogar, que hoy el 90% no tienen reconocidos. Esto sería un gran avance. Respecto al trabajo de cuidados no remunerado, la OIT los considera trabajo y propone que su valor sea reconocido. Si se cuantificara su valor económico sería el equivalente al 9% del PIB mundial y al 15% en España. La OIT propone también que estos trabajos sean repartidos entre hombres y mujeres, que se vean reducidos por el apoyo de trabajos de cuidados remunerados y servicios de cuidados públicos y privados, y que las personas que los realizan –muy mayoritariamente mujeres– tengan espacios de representación.

Y vosotras Malasmadres, ¿qué reclamáis en un día como hoy tan señalado además por la situación que estamos viviendo?

Han comentado...

  1. Hola yo estoy en un mar de dudas. Me gustaría que me pudieran dar una orientación, consejo, o a quién podría dirigirme para que me pudiera dar una guía. Soy una mamá mexicana que ha llegado recientemente a vivir a Barcelona, España. Tengo dos hijas una de 6 años que nació en México y otra que tiene 2 años y que también nació en México. Soy Periodista y Community Manager, mi frustración es que durante todo el tiempo que viví en México, no trabajé, solo mi esposo. La situación allá es diferente y decidimos que yo me dedicara a cuidar a nuestra hija, la casa. Sí que ido estudiando algunos cursos online pero nada más. No vivía ninguna de las familia de él en la ciudad y eso complicó bastante la situación, ninguna ayuda de confianza. Mi otra hija también nació allá y mucho menos que pudiera regresar a la vida laboral allá.
    Ahora nos vemos venidos a vivir a Barcelona y mi miedo es que cómo puedo regresar al mundo laboral, si he estado muchos años fuera del ámbito. He iniciado ya unos cursos en el colegio de Periodistas de Catalunya pero no sé a qué sector dirigirme o por dónde empezar, porque me siento débil en el sentido de que no podré regresar a un trabajo formal de mi profesión porque no he trabajado todos estos últimos años. Quisiera saber si a alguna madre ha tenido experiencia similar?, o a quién poder pedirle ayuda. Me encanta mi profesión, me gusta los cursos que he ido estudiando online, pero como ya lo dije, me siento débil, mi currículum tampoco sé por dónde empezarlo.
    Por favor, algún, consejo, sugerencia, opinión lo agradeceré mucho.
    Saludos,
    Kenia Ventura.

    1. Hola Kenia,
      mi humilde opinión es que empieces a mover tu cv en todos los portales de empleo y trates de meter cabeza en el mundo laboral sea o no tu campo.
      Lo importante es empezar a trabajar, no digo “de lo que sea” pero de verdad aunque no sea tu especialidad es importante que estés en activo. A parte de que los responsables de selección lo valoran positivamente de cara a una contratación, a tu estado anímico le vendrá muy bien.
      Suerte!

  2. A mi me quita el sueño la incorporación de la semana del 25 de mayo. Que pasa con la salud de el alumno y el profesor. Que poco importa la gente para este gobierno

    1. Gracias Verónica por dejar tu comentario. Este escenario realmente preocupante.

  3. Qué haremos hasta septiembre? Niños sin colegio, y sin posibilidad (ojalá me equivoque) de campamentos de verano. El problema de la conciliación en las vacaciones escolares siempre ha existido, pero al menos se podía paliar con dinero, era un gasto que se contemplaba en la economía familiar. Ahora qué se hace? Hasta ahora se ha fomentado el teletrabajo. Alguien va a obligar de algún modo a las empresas a que se siga fomentando? O pueden decirnos que a partir de la fase 1, o la 2, o la 3 (da igual cual) tenemos que incorporarnos de forma presencial. Podremos alegar algo en ese caso? No hablo de madres exclusivamente, me refiero a padres o madres. Nosotros estamos teletrabajando los dos pero tenemos miedo de que nos obliguen a incorporarnos a la oficina el 11 de mayo, o el 10 de junio, cuando sea. Y nuestros hijos sin cole hasta septiembre. Nos está quitando el sueño este tema

  4. Mi deseo es: tener un trabajo estable donde poder conciliar y cobrar un salario fijo y digno. Que vuelva la actividad al sector de la cultura para mí es vital ya que soy madre soltera de un peque de 2 añitos y no tengo otra forma de subsistir. Resiliencia, claro está que no renuncio y me re inventaré como otras veces… pero es muy duro y agotador. ¡Gracias por darnos voz! Un abrazo

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