Si las personas son tóxicas muchas veces lo son para si mismas, nos lo contaba nuestra coach Leonor Cabrera en el post del pasado mes. Muchas de vosotras planteábais la siguiente pregunta: ¿cómo podemos evitarlo, hacerle frente? Hoy nuestra colaboradora se centra en uno de esos comportamientos nocivos: el creerse imprescindible y lo que esconde detrás, normalmente el miedo a no saber qué hacer si no es vivir por los demás.
* Podéis seguirla en facebook, @Leonor_Cabrera, @centroviventi y en su BLOG.
El vestuario del gimnasio es uno de los lugares en los que más inspiración saco para escribir los posts. El otro día escuché una de esas conversaciones que me dejan pensando un buen rato y con ganas de darle una tarjeta a más de una. Soy prudente, me limito a escuchar y, como mucho, a escribir posts sobre alguna de esas conversaciones.
Como ésta en la que una mujer de mediana edad, rondando los cuarenta, se quejaba de que no paraba de hacer cosas para su familia. Ella, según contaba mientras movía las manos a una compañera que la miraba y asentía sin apenas poder meter baza, se encargaba de todo. De llevar a los niños al colegio, después se iba a trabajar, los recogía, calentaba la comida que ya había preparado la tarde anterior, momento en el que llegaba su marido del trabajo quien “sólo” (léase con la carga de ironía con el que ella lo dijo) se tenía que sentar delante de la mesa a mantel puesto.
Ya por la tarde, su marido se iba otra vez a trabajar y ella se tenía que dedicar a llevar a uno de los niños al judo, a otra al teatro y mientras cada uno de ella hacía sus actividades hacía la compra para la cena y a organizaba todo para el día siguiente. “Ay, qué sería de mi familia sin mí”, lamentó en voz alta. Por fin la amiga con la que estaba hablando se atrevió a preguntarle algo con gesto escandalizado: “¿Y tu marido, no hace nada?”. “Qué va —le contestó— Tengo que hacerlo yo todo porque él es un inútil. Imagínate. Es que no sabe ni preparar una hamburguesa para los niños. Al pequeño le echa queso cuando sabe de sobra que no lo gusta”.
“¿Y los niños, que ya son mayorcitos?”, volvió a intentarlo. “Qué va, es aún peor porque me dejan la cocina perdida y prefiero cocinar yo a después tener que limpiar ese desastre que montan”, contestó.
Ahí es cuando yo pensé que a esa mujer lo que le sucedía es que tenía miedo a no ser imprescindible para su familia. Si os acordáis, el mes pasado, escribí un post en el que detallaba 10 comportamientos tóxicos con nosotras mismas y uno era justo éste: el creernos imprescindibles y pensar que si nosotras no hacemos las cosas, nadie las hará. O sentir que como nosotras hacemos las cosas, no las hará nadie.
Si habláramos de un pecado, el que cometió esta mujer del gimnasio fue el orgullo, el creerse por encima de su marido y de sus hijos. Sentir que ella tiene que darles de forma continua para que sobrevivan y para que tengan una vida plena. Los acusaba de inútiles, pero quien los estaba convirtiendo en inútiles era ella para hacerse a ella misma más grande.
¿Qué esconde este dar de forma compulsiva?
En muchos de los casos que conozco y que han pasado por mi despacho de coaching este dar compulsivo esconde una carencia interna importante que se disfraza de dar, de sentirse abundante. Pero en el fondo, muy en el fondo, son personas que sienten que tienen poquito para sí mismas, de ahí el dar con el fin de parecer más grandes.
Es algo así como si este tipo de mujeres (hombre también hay, por supuesto) dijeran: “Mírame cuán llena estoy, cuánto puedo darte y cuánto te amo”. En ese dar hay un peligro muy grande: el hacer dependientes a los demás. El, de alguna manera, al hacerlo todo cortarles metafóricamente las manos y convertirlos en unos inútiles, como estaba haciendo esta mujer con su marido y con sus hijos.
Esa misma mujer fue la que, unos días después, apareció junto a mí como por arte de magia cuando se dio cuenta de que la cerradura de mi taquilla del gimnasio se me resistía. Sin mediar palabra, me apartó y se puso ella a cerrarla a la vez que me decía que había truco, que ella sabía cómo hacerlo. Me aparté, esperé con paciencia a que acabara y cuando acabó de cerrarla con gesto de triunfo le di las gracias sintiéndome torpe por no haber sido capaz de hacer de manera eficiente eso que ella había hecho con tanta facilidad.
¿Conoces a algunas de estas mujeres que se consideran imprescindibles y dan de forma compulsiva? ¿Cómo te hacen sentir? ¿Te sucede en ocasiones que des a los demás sin que te lo pidan? ¿Para qué lo haces? ¿Te pillas a veces hablando de los demás como si fueran inútiles? Estaré encantada de leer tus respuestas ahí abajo, en los comentarios.
Este post me abre los ojos una vez mas…aunq llevo diaa ya organizando mi casa ….ya les e ido pidiendo a los mayores que vayan haciendo tareas..pq soy de esas mamas q se agobian enseguida al no controlarlo todo…q si la ropa de mañana …cenas …baños…etc….y q x la noche este todo perfecto para el dia anterior..me voy a la cama agotada fisica y mentalmente…y esto solo me trae mal humor….y lo pago con mi pareja a tal punto de hecharle en cara que yo hago mas mientras el no…en fin…ay q delegar!!! Dejar que aprendan equivocandose
PARECIERA Q EN EL MOMENTO Q NECESITABA LEERLO LO HICE COMO? POR Q¿? NO LOSE, PERO ME A DESCRITO ALGO PARECIDO EN MI VIDA AUNQ EN MI CASO ESTOY AL BORDE DE LA DESESPERACION YA Q SIENTO Q M VALORAN PERO NO DEJO DE HACERLO Y PEOR AUN DE QUEJARME Y VEO LO MAL Q ESTOY… AFORTUNADAMENTE HOY APRENDI ALGO Q ME DEJA ESTE ARTICULO GRACIAS!!!
Hombre, ya no es hacerlo mal, es que si el padre se queda con la niña dos días cada semana desde hace 18 meses y todavía cuando le dices que haga 3 cosas y se olvida de 2, desespera un poco. Y cuando hablas y ves después q no te escucharon…O cuando semana tras semana le pides por favor q se levante temprano el día q te toca irte a trabajar y tienes q entrar en la habitación varias veces a llamarlo y encima te lo encuentras mirando el móvil en vez de saltar de la cama sabiendo como sabe q me tengo q ir…No sé, yo no me creo imprescindible para nada, pero su nivel de pereza saca de quicio. Y qué hacer en estos casos??
Buenas. Me ha gustado mucho el post!
En mi formación como coach aprendí mucho de esto… Lo que me sigue llamando la atención es como mucha gente dice en los comentarios “mi marido lo hace mal”… Y nadie hace la reflexión de donde esta el hacerlo bien y le hacerlo mal… Mi suegra hace las cosas de casa de una manera, mi madre de otra, mi hermana otra diferente, y yo la mía… Cada uno tenemos nuestra manera. En serio, no hay bien ni mal (casi nunca). Yo meto en el lavavajillas las cosas ordenadas por tamaños, tipos… Mi hermana me dice que soy una exagerada cuando viene a casa… Es que ella “lo hace mal”? Pues no… Lo hace diferente.
Así que tenemos que dejar de pensar que lo que nosotras pensamos es la forma buena,porque eso nos sobrecarga de trabajo. Y si lo hacemos… Pues entonces no vale quejarse… La otra opción es el diálogo… Llegar a acuerdos y aceptar que no todo el mundo piensa igual.
Feliz fin de semana!!
Así es exactamente mi marido. No podías haberlo descrito mejor. Se lo voy a pasar a ver si lo lee y se aplica el cuento. El cocina, hace la compra y limpia. Pero es que después de años oyendo lo mal que lo hago yo, para que voy a discutir…
Yo también me identifico con él post pero la diferencia es que no me quejo. Me encanta estar en todos los fregados menos en casa donde no me siento imprescindible y me dejo llevar. Como malamadre q soy estoy adiestrando a mi ejército para que la rutina funcione. Mientras fuera tengo mil frentes abiertos ( Ampa del Cole, grupo single, partido político, eventos familiares y con amigos, nueva pareja, equipo de fútbol etc etc) y de momento todo fluye .
Hola 🙂
Cuando leí el título del post, me lancé emocionadísima a leer qué venía detrás… porque creí que me sentiría identificada como con tantos otros de este blog al que adoro!! Pero ya en las primeras líneas, me dio el bajón.
Puede que haya mujeres que no tienen otra cosa que hacer más que cuidar de otros, puede ser… pero créeme, habemos muchas otras que sí pensamos en mil quinientas cosas que nos gustaría hacer pero, el día sólo tiene 24 horas y al día siguiente hay que retomar la rutina del anterior (ya sea porque nuestro marido no nos apoya como debería, porque no quiere o no puede; ya sea porque nuestros hijos son pequeños, ya sea porque tenemos un trabajo esclavizante, por lo que sea).
Yo tenía una vida llena de actividades justo antes de tener a mi enana y aunque es verdad que prefiero mil veces ir al cine con ella que ir sola de tiendas (entre otras cosas porque durante la semana trabajo y estudio y la extraño horrores), también tengo muchos intereses personales pendientes, libros por leer, deportes por practicar, amigos a los que llamar… pero repito, no es porque no sepa qué otra cosa hacer, sino porque DE MOMENTO tengo unos cuantos frentes abiertos y cero apoyo. Como dice Raquel, igual es culpa mía, veré qué puedo hacer.
Besos a todas!! 😀
Excelente artículo!!
Excelente artículo!!!
Gracias, Gloria.
Yo soy una de ellas pero con matices. Siempre me ha gustado ayudar y hacer feliz a la gente. Es algo que me sale innato. No lo puedo evitar. Si a eso le unes que la gente acude a mi para ciertas cosas, porq se supone que “yo se mas de esas cosas” pues ya esta el lio armado. El problema es q la gente se acostumbra. No hace mucho m he dado cuenta q me estoy empezando a saturar e incluso he tenido una semana de bajon donde he puesto las cosas claras a todos. Yo tamb necesito que me ayuden y q me cuiden. De tanto dar me he sentido vacia. Ahora me estoy enmendando, el padre de las criaturas se encarga de algunas cosas de los niños (a veces a regañadientes pero se esta acostumbrando, el tiene la “excusa” de que esta todo el dia currando porq es autonomo) y los niños les mando tareas para q se sientan mas independientes.
¿Pides esa ayuda? Ése puede ser un primer paso. Saludos.
Yo soy así,soy muy insegura y me gusta ayudar a los demás y me parece que así y siendo detallista me valorarán más mi madre y mis hermanas a veces se enfadan pq dicen q me siento el centro del mundo,poco a poco intento no ser así porque además peco de pesada pero me cuesta
Mucho ánimo, Anya
Pues yo tambián soy así. Muy a mi pesar. Sólo yo hago las cosas bien en casa…Siempre exigiéndome más y más pero lo triste es que yo no llego y exigo a los demás más y más…Cuando yo me equivoco es normal, cuando se equivocan los demás es un drama. Puf! “Manos a la obra” y a rectificar.
Ya sabes 😉
Soy exactamente igual, Mariví. Y ese nivel de exigencia y auto exigencia que tenemos no es nada sano… No estás sola, estamos más como tú ¡podemos aprender a relajarnos un poco, estoy segura!
Pues yo soy así. ¿Ahora qué? ¿Me quito la reducción de jornada para “no estar”/”no hacer”? Tendría que estar/hacer una tercera persona ajena a la familia. Por el momento prefiero evitar esa opción. Y como soy yo la que está, pues a mí me toca apechugar, ¿o no?
¿Y si simplemente sueltas esa exigencia?
Debe ser la providencia, llevo dias pensando en esto y de pronto aparece este post. yo no quiero hacer dependiente a nadie, pero no se como hacerlos independientes, ser malamadre a veces me causa mucho cargo de conciencia.. porque yo el concepto lo tengo claro y lo llevo a cabo, pero es cierto que cada familia es un mundo, a mi me encantaria que mi marido hiciese algo aunque fuese mal,pero a el nunca le molesta nada, ni las camas sin hacer, ni la ropa tirada, nada,todo puede esperar y cuando se lo pides jamas es el momento, hasta que no hay literalmente nada en el frigo no va al super, en fin, yo os envidio a las de 50-50, igual es culpa mia, pero odio ese ejemplo todo el dia en mi casa, y claro termino haciendolo, quiero que al menos mis hijos tengan un referente contrario a a la pereza. Yo ejerzo de mala madre todo lo que puedo, pero ¿ hasta donde esta permitido dar de cenar croquetas de paquete y bocadillos de salchichas para cenar sin crear el habito de fatfood?PARA MI ES MUY IMPORTANTE PREDICAR CON EL EJEMPLO Y YO PROCURO EVITARLES ESE EJEMPLO A MIS HIJOS, PERO CREO QUE NO LO ESTOY HACIENDO BIEN
Pues claro que lo estás haciendo bien. Lo estás haciendo de la mejor manera posible y eres la mejor madre que tus hijos pueden tener!!! Fuera el sentimiento de culpa. La buenaabuela siempre ha cocinado fenomenal para toda la familia y yo soy un desastre en los fogones… Tiro de comida preparada y de todo lo que me hace ahorrar tiempo en el siglo XXI.
Todas lo hacemos lo mejor que sabemos, no hay un manual de “madre perfecta” y si lo hubiera, lo adaptaríamos a nuestras circunstancias..
Mucho ánimo y sigue tu sentido común!!! La culpa la dejamos fuera, que no nos ayuda a sumar!
Un abrazo
Carmen
El problema es que no haces esas cosas porque te toque hacerlas o sean tu responsabilidad, si no porque tu marido no sabe o no quiere. ¿Ves la diferencia?
Me has descrito a mi a la perfección. O al menos como era. El problema es que cuando te das cuenta es todavía mucho más difícil echar la marcha atrás. Pero he descuebierto que no es imposible y que poco a poco se pueden ir arreglando las cosas. En mi caso el buenmarido colabora en algunas tareas de la casa como es la plancha, la compra, llevar y traer a los chicos, y algún que otro recado más. Pero claro, si quieres que haga algo en concreto, como limpiar ventanas o cuartos de baño, hay que especificarselo, pues de él no va a salir. Y los buenoshijos, más que decírselo, hay que chillárselo, pero con amenazas es posible conseguirlo. Por si fuera poco con la casa, el trabajo y los chicos, en mi caso además, tenemos conviviendo con nosotros, una buenaabuela con un grado de alzheimer bastante avanzado, a la que lamentablemente solo aguanta la malamadre que soy yo. Lo malo es que en este caso la única solución es llevar a la buenaabuela a una Residencia con mucho dolor de corazón, y aunque haya quien todavía piense que llevar a un abuelo a una Residencia es un acto de egoismo por parte de la familia que la cuida. Gracias a cerrar los ojos, dejar la casa patas arriba, y comprensión familiar, he conseguido sacar una hora al día (por supuesto no todos los días) para poder escaparme a hacer ejercicio o leer o lo que sea. Efectivamente, como he leido en uno de los post anteriores el mundo sigue girando
Gracias por contarlo, Paloma
Díos mío!!!! Después de leer este post, creo que mi vida tiene que cambiar. Me siento identificada y no me gusta, me dan ganas de llorar.
Gracias, Gracias y gracias, sobre todo porque me habéis ahorrado una consulta al psicólogo.
Un saludo.
Bueno, igual ahora te va bien ir para que te ayude con el cambio 😉
Hace poco tiempo yo me sentía imprescindible para mi familia y trabajo, poco a poco este comportamiento me fue superando y cada vez estaba más estrenada y enfadada con el mundo e intente cambiar y poco a poco con paciencia y ayuda lo he conseguido, mi marido se queda 2 días a la semana en casa por las tardes y se ocupa de casa y de los niños y ohh milagro el mundo sigue girando sin problemas y en trabajo igual, daba igual lo mala que estuviera allí estaba yo, hoy después de 10 y una noche sin dormir con virus me he “atrevido ” a llamar a mi jefe y decir que no iba como ya supondrás todo sigue igual. No hay nadie imprescindible y salir de ese sentimiento de supermujer es complicado. Gracias por tu post
Gracias por tu testimonio
A ver, en mi caso, tacho algunas veces a mi marido de inútil. El tema es que su madre es una madre como la señora a la que describes: es una generosidad, dadivosidad y disposición para hacer cualquier cosa totalmente desmedida. Como anécdota: fuimos a una celebración familiar a la que yo (por desplazamiento fuera de la ciudad), acudí con mi maleta y con la de mi hijo. Él no llevaba nada, como le pregunté que qué hacía, me comentó que su madre llevaba su traje de la tintorería. Cuando nos encontramos todos en el hotel, su madre le llevaba su traje impoluto, un par de calcetines y hasta unos calzoncillos…. Me dio vergüenza ajena y estuvimos hablando sobre esto un rato. Me dijo, “ya sabes cómo es mi madre”. Cuando viene a casa, se mete en la cocina y se hace cargo de cocinar para todos (aunque no sea su casa y nadie se lo haya pedido) Sus hijos, son tres, la dejan hacer hasta cosas extremadamente personales y ridículas (para mi gusto)
En mi caso, soy también tóxica a veces, él hace cosas en casa, claro, no muchas porque no está acostumbrado, pero las hace mal muchas veces, me tengo que morder los dedos para no ir detrás (a veces no lo consigo), a retocar lo que va dejando mal, si no le dejo hacerlo (aunque sea mal), nunca se acostumbrará ni aprenderá.
Con mi hijo lo estoy haciendo de otra forma, pienso, creo que algo mejor. No hago nada por él que sepa que puede hacer por él mismo. Tiene 18 meses pero si veo que puede coger su tacita con asas y beber él solo, no le ayudo, no le ayudo a subir o bajar obstáculos que puede salvar solo, y espero ser lo suficientemente lúcida como para no ayudarle cuando lo no necesite y crear a un ser autónomo e independiente.
Así acabas invalidándolo de la misma manera que hace su madre. ¿Pregúntate para qué lo haces? Pero de verdad y mirando hacia ti, no hacía él.
Buenos días, como dicen que de los errores se aprende, voy a empezar entonando el “Mea culpa”. Yo años atrás era así, yo era PARA TODO, para la crianza de mis hijos, para llevarlos, traerlos, comidas, cenas y bla bla bla…, todo lo mencionado por Leonor y mas. El buen padre se dedicaba e él, y solo cuando le pedía ayuda reaccionaba, pero eso era cuando ya estaba a punto de ahogarme, era culpa mía, si, pero a el también le convenía y se dejaba ser inútil, hasta que nos llevó al divorcio por estas y otras cosas, claro. A partir de ahí y con mi nueva pareja mis hijos colaboran ojo, que no ayudan y reitero “COLABORAN” en todas las tareas que deacuerdo a su edad pueden realizar cada uno, y ven normal que mi pareja planche, o cocine, o ponga una lavadora, o pase la aspiradora mientras yo hago otra cosa o simplemente estoy sentada leyendo porque si y viceversa. Y su padre ahora sabe lo que es estar para todo, ya que durante un tiempo fue él el imprescindible, sólo espero que por su bien y el de su actual pareja, haya aprendido la lección y no cometa los mismos errores del pasado..-
Buen fin de semanas a todas las malasmadres!!!!
Gracias por tu testimonio, Isable
Creo que todavía cuesta un poco deshacerse de ese rol de “dueña y señora en la casa”: “las cosas, si no las hago yo, no quedan bien”. Es cierto que cuesta delegar, pero trabajo, casa, hijos…uff!! Mucha tela no??
¡¡Buenos días!!!
Simplemente es querer deshacerse, no es ni fácil ni difícil
Ejemplo: milagrosamente al buenpadre le da por colocar las cosas del lavavajillas, hay algunas que se “pierden” (las coloca donde no es, la falta de práctica)… una recoloca lo “desplazado”, sonríe y le dice al buenpadre: “Hombre, has colocado las cosas del lavavajillas, ¡bien hecho!”. Él más ancho que largo, y yo garantizo que siga colocando las cosas del lavavajillas jejeje Fuera bromas: totalmente de acuerdo con el post. Algunas veces confieso sentirme tentada a hacer las cosas: para la buenahija (porque el buenpadre no le echa paciencia), para la casa,… Sin duda, creo que ya voy aprendiendo que, aunque las cosas no estén como yo las hago, mejor así. También tengo la suerte de, por trabajo, tener que viajar: la casa sin mí no se viene abajo 🙂 Creo que esa actitud de “creerse imprescindible” es agotadora.
Olé
Sí, conozco muchas mujeres así. Yo misma preferiría hacer por mí misma muchas cosas porque me gusta más cómo las hago yo, pero me aguanto las ganas y dejo que los demás también lo hagan, al final no es tan malo, sólo que tenemos maneras diferentes de hacerlo, jeje.
Bueno. Yo creo que hay veces que es necesario decir “aquí estoy yo y así hago las cosas”. Saludos.
Mi madre, pobre, todo siempre para la familia, ocupándose de todo en la casa, de papeleos, hasta de los nuestros que a una cierta edad uno ya debe ocuparse de ciertas cosas, francamente. Para lo único que debemos ser imprescindibles es para ser madres de nuestros hijos, pero a nivel emocional de cariño, amor, apoyo, que confundimos madre con criada, cocinera y ama de llaves. El amor de mamá es imprescindible, lo sigue siendo hasta que se nos pone el pelo blanco. Lo demás, bueno, para la receta de las lentejas las hay muy buenas en internet.
Muy bueno eso del amor, Tere
Me ha encantado tu post!!!
Conozco varias mujeres de este perfil, lo que hacen es que las demás, al menos en mi caso, nos sintamos más Malasmadres aún… Éstas madres entregadas, que no salen con amigas a malamadrear, son las que me miran con mala cara cuando comento que me voy a cenar con mis amigas, o hacemos alguna escapada de chicas… En fin, … En el fondo me dan un poco de pena, por qué tanta entrega, tanto asumir y asumir actividades que perfectamente pueden hacer otros, la llevará al agobio y a la frustración, al mal humor, etc. En definitiva, en una familia, la mejor aliada es la ORGANIZACIÓN!! En eso, tengo la suerte de presumir de tener un gran equipo, que capitaneamos el buenpadre y yo!!
Un beso enorme a todas y a pasar buen viernes!!!
Pues sí 😉
Hola. Yo tengo una amiga que ya me tiene bastante cabreada.
Trabaja en la oficina nacional de un servicio público y se vive quejando de lo que trabaja, lo que se sacrifica, que no tiene subrogante, que antes de irse de vacaciones y al regresar de vacaciones es un tormento porque sin ella la oficina es un caos y nadie sabe hacer nada, que al llegar tiene cerros de trabajo esperando porque nadie fue capaz de hacerlo como ella. Se autocalifica de ser una “pobre obrera del derecho”
Cada vez que le digo que debe pedir un refuerzo, que hay un problema de personal, que hable con su jefe, no acepta sugerencia alguna y justifica y hasta defiende la mala organización del recurso humano de su empleador. Pareciera que le gusta eso de ser tam imprescindible y de inmolarse.
Por otra parte, vive subiendo fotos y comentando que ella hace todo en la casa, no tiene ayuda doméstica y cocina todo a mano como si fuera de pastelería.
Tiene una enfermedad autoinmune, yo le digo que no puede ser la super woman en todas partes, que debe aprender a pedir ayuda, a delegar, que pida un funcionario más pero no hay caso.
Se queja, pero le encanta ser víctima.