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Cada vez menos…

Cada vez menos…

Auguran algunos estudiosos que vamos hacia una sociedad sin relaciones eróticas, que el uso de las tecnologías pueden mermar nuestras relaciones y que en 30 años dejaremos de tener sexo. Le hemos preguntado a nuestra colaboradora y sexóloga Arancha Gómez qué piensa de esto y qué podemos hacer para mantener viva la llama de la intimidad con nuestra pareja. Sin duda la llegada de la maternidad hace que podamos perder la frecuencia de estas relaciones eróticas pero en la pareja podemos poner todos de nuestra parte para que si sigue habiendo amor, todo se recupere. ¿Qué pensáis?

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* Podéis seguirla en @atajou y en la web de Sexorum.

Lees con asombro una noticia que proclama que “dejaremos de practicar sexo en quince años”.

Reflexionas sobre la frecuencia en la que el buenpadre/malamadre2 y tú conseguís llegar a tener encuentros eróticos y piensas para ti que da un poco de pena… pero también te acuerdas del “lo haces menos que un casado” que decía tu abuelo y crees que no es tan preocupante como da a entender el titular… ¿O sí?

Un estudio de Cambridge ha observado que en los 90 las parejas tenían unas 5 relaciones semanales, en los 2000 la media bajó a 4 y en nuestra década estamos en 3. Los científicos, siguiendo esta progresión, han vaticinado que para 2030 apenas habrá relaciones eróticas.

La verdad es que a mí me parece mucho vaticinar. Es cierto que las nuevas tecnologías han modificado la forma de relacionarnos y que ahora, con el móvil, tenemos conexión vía mensajería instantánea a cualquier hora con nuestra mejor amiga, con el grupo de Malasmadres que conocimos en la Party IV y con la familia (y el jefe, los compañeros de trabajo, el chat de madres del colegio, etc…). También hay barra libre de series con las nuevas plataformas streaming, pero imaginad por un momento qué salto asombroso debió de ser el desembarco de la televisión en los hogares. Ignoro si por aquella época se hizo algún estudio sobre este tema, pero debieron de ponerse en lo peor: la previsión del fin del mundo, directamente.

¿Qué podemos hacer las Malasmadres para evitar esta debacle?

En lo que concierne a nosotras mismas, como ya hemos hablado otras veces, el centro de la familia es la pareja. Igual que los psicólogos dicen que, si no estamos bien, nuestro entorno no puede estar bien a la larga, así pasa con la familia: si la pareja no está unida y es fuerte, la familia carece de base sólida.

El pegamento que une a la pareja es el compromiso, la intimidad y la sinergia. Cuando las relaciones afectivas son profundas y cercanas, su fruto es la intimidad y, en la pareja, es en ese espacio de lo íntimo donde vive la erótica, donde el amor puede desplegarse a sus anchas. El nexo entre la intimidad y las relaciones eróticas es de doble dirección. Sólo cuando se produce la intimidad tienen lugar las relaciones eróticas y son estas las que hacen mayor y elevan el nivel de intimidad de una relación.

Una pareja sin relaciones eróticas se acaba pareciendo a un par de compañeros de piso bien avenidos. Y, una vez más recuerdo que, si bien cuando hablamos de relaciones eróticas lo que se nos viene a la cabeza tiene que ver con los genitales -capítulo “uso y disfrute”- en realidad, la erótica es la forma en la que le damos cuerpo a nuestro amor. Así, las caricias, el piel con piel, los abrazos, los besos, los cuidados, la cercanía y las complicidades corporales también forman parte de la erótica de una pareja. Y son estas cosas las que nos recuerdan porqué estamos junt@s, porqué mantenernos en el mismo barco y porqué ese barco es el mejor sitio donde podemos estar.

erotismo

Educación sexual: la escuelita del amor

Una de mis profesoras de sexología, Ester Pérez Opi, decía que la convivencia de los hijos con la pareja que forman sus padres es la “escuelita del amor”. Y es que los niños aprenden con nuestro ejemplo, aprenden viendo qué hacemos e imitándonos. Todo se produce bajo la supervisión de su atenta mirada: nuestro comportamiento con sus profesores, con los vecinos, con sus abuelos y sus tíos, cuando salimos a comprar el pan, mientras conducimos y, por supuesto, lo que hacemos delante de ell@s con nuestra pareja.

Cada pareja deberá hacer examen de conciencia y buscar qué valores quiere transmitir a sus vástagos y actuar en consecuencia. Besarse delante de ellos, abrazarse, poner el brazo sobre los hombros del otr@ o la mano en su trasero… No hay receta mágica sobre qué debemos hacer y qué no delante de ellos porque no hay una forma única de vivir la sexualidad y las relaciones. Tampoco es cuestión de forzarnos a mostrarles gestos que pertenecen a nuestra intimidad. Se trata de hacer un ejercicio de coherencia y alinear lo que hacemos con lo que pensamos.

Nosotras y el móvil: dando ejemplo

Según los autores del estudio, los jóvenes hablan con sus amigos a través de WhatsApp, aunque estén tomando un café en el mismo lugar. El móvil parece ser uno de los grandes causantes del cambio de las relaciones. Y aquí otra vez, nosotras seguimos dando ejemplo, aún sin querer. Si estamos en la mesa cenando en familia, hablando con nuestra pareja o en una reunión familiar y no podemos evitar estar todo el tiempo mirando la pantalla de nuestro terminal, estamos transmitiendo claramente que los mensajes que nos llegan a través del aparato son más importantes o urgentes que los que nos digan las personas con las que estamos. Y tal vez sea así, pero antes de mirar la pantalla del móvil como antes mirábamos la del reloj, como un acto reflejo y sin darnos cuenta realmente de lo que estábamos haciendo, debemos ser conscientes de si eso es lo que verdaderamente queremos enseñar a nuestros peques.

¿Y vosotras qué opináis acerca de esta noticia? ¿Pensáis que la especie está avocada a tener hij@s a través de técnicas de reproducción asistida por falta de relaciones eróticas?

Han comentado...

  1. Me he quedado con la boca abierta con las estadisticas… 5 relaciones a la semana! Me gustaría saber que edades y si tenian hijos esas personas de esudio! jajajaj! Es cierto, que con el ritmo de vida que llevamos, es complicado cumplir las estadisticas. Pero no creo sinceramente que desaparezcan.

  2. Hola Montaña:

    Seguro que pocas malasmadres cumplen la estadística… que ya me gustaría a mí saber sobre qué grupo se ha hecho y los relatos detrás de esas respuestas…

    Creo que las tecnologías, como todo, tienen su hueco, pero sin dejarlas invadir otros.

    Gracias por tu comentario.
    Un abrazo,
    Arancha

  3. Pues sería una pena la verdad, que nos vieramos avocados a perder nuestras relaciones eróticas y tener nuestros hijos sólo por tecnicas de reprodución asistidas. Si bien es verdad que en este mundo loco, lleno de prisas,que nos toca vivir, en el que es dificil casi tomarte un café tranquila cuanto más tener relaciones erótico-festivas y además de calidad y a díario casi. Tres veces semanales dice el estudio de Cambridge, yo estoy fuera de esta estadística.ajja.
    Yo soy enemiga de primera linea de las nuevas tecnologías, y coincido plenamente en que nos estan haciendo mucho daño, el ser humano esta perdiendo mucha de sus habilidades sociales, y por supuesto en esto los moviles nos están ayudando plenamente.
    Bueno pues tendremos que intentar que esto(nuestras relaciones eróticas) no se pierdan, y se retrase sino todo lo posible, y como siempre será con nuestro esfuerzo, implicación y ganas.
    Féliz día

  4. Sinceramente pienso que no se van a dejar de tener relaciones eróticas… Somos animales y, si bien cada vez más conectados a las tecnologías y desconectados de nuestras necesidades, creo que las necesidades básicas (comer, dormir, sexo…), Se pueden modificar pero no perder!!! Eso sí, me ha sorprendido la frecuencia de relaciones… 5 a la semana????? Ni con hijos ni sin ellos… Y satisfecha con mis relaciones!!!

    1. Hola Orion:

      Tengo la sensación que en una encuesta sobre relaciones eróticas, todo el mundo es “optimista” en sus respuestas. Habría que ver también cuál es el perfil de los encuestados (con o sin hijos, edades, etc…).
      😉

      Yo también pienso que no vamos a dejar de tenerlas, pero si el titular dijera: “A lo mejor de aquí a 15 años tenemos menos sexo” (por emplear las mismas palabras que ellos) no hubiera tenido tanto tirón.

      Un abrazo y gracias por tu comentario.
      Arancha Gómez

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